lunes, junio 25, 2012

El orden de los factores SI altera el producto




Rom 11:16  Pues si el primer pan que se hace de la masa está consagrado a Dios, también lo está la masa entera. Y si la raíz del árbol está consagrada a Dios, también lo están las ramas.
Primogenitura, primicias, primer día  de la semana, el primer pensamiento de tu día, el primer lugar en tu corazón, el primer amor,  el primer mandamiento, el primer lugar de una mesa…
El principio de Lo Primero, un secreto ignorado por muchos creyentes, y poderoso para vivir en victoria
, una herramienta útil para poder vivir un vida victoriosa con Dios, es un principio básico en la vida de todos los hombres de fe, que alcanzaron a cumplir su propósito con Dios.
El principio de lo Primero es el siguiente:
Si das a Dios lo primero de algo, entonces lo demás será también santificado, bendecido y multiplicado.
Veamos este principio aplicado a la vida de algunos hombres en la Biblia y consideremos los resultados:
Abel: Trajo de los primogénitos del as ovejas, en cambio Caín trajo algo de todo lo que ya había cosechado… a veces he oído a algún predicador decir que Dios no aceptó la ofrenda de Caín porque quería corderos no vegetales… FALSO, recontra falso, la ignorancia es atrevida, el problema de Caín es que no dio lo primero, lo mejor, que en su corazón Dios no ocupaba el primer lugar, si uno revisa la ley judía verá que las ofrendas de cereales son agradables a Dios, no solo el cordero.
Noé: Lo primero que hizo al bajar del arca fu ofrecer un sacrificio y esto fue agradable a Dios, por lo que toda la tierra recibió un promesa.
Taré: Tuvo tres hijos, Abram, Nacor y Haran, y al escuchar la voz de Dios llevó a su primer hijo Abram y a este bendijo Dios, luego bendice a Lot hijo de Haran y a Rebeca, descendiente de Nacor.
El pueblo judío: el prepucio representaba la primera ofrenda que un judío daba a Dios y por la cual este pasaba a ser santificado íntegramente, parte del pueblo de Dios.
Moisés: En el primer minuto de libertad, cuando acababan de salir del Mar Rojo y por fin eran totalmente libres brota de la boca de Moisés un canto de gratitud y adoración, luego lo siguen Miriam y todo el pueblo, y cada vez que tienen una victoria peleando con sus enemigos lo primero que hace es levantar un altar de adoración.
Josué: Cruza el Jordán y lo primero que hace es levantar un recordatorio con piedras de la bondad de Dios, lo que sigue es el milagro de la caída de los muros de Jericó.
Y así, prácticamente todos cuando recibieron algo lo primero que hicieron de una u otra manera es dar lo primero en ofrenda a Dios y este se agradó en tal manera que bendijo el resto. Reconozco que esta no ha sido mi costumbre, allí puedo ver un corazón imperfecto, siempre he pensado que el orden de los factores no altera el producto, que lo importante es el resultado, pero no es así, el principio de lo Primero dice todo lo contrario.
El mejor ejemplo que se me ocurre es el de Jesús cuando realizó la multiplicación de los panes, dice la escritura que “Jesús bendijo, partió, multiplicó el pan e hizo que lo repartieran”, ahora si en lugar de eso Jesús hubiese repartido primero el pan a los discipulos y luego de que la gente se lo comiera lo huberia bendecido, ¿se habria multiplicado el pan? Ovio que no, así es con todo, si primero nos comemos las finanzas, o primero gastamos el día en afanes, al final cuando pedimos la bendición y la multiplicación ya no queda nada por bendecir ni multiplicar..

¿Cómo puedo aplicarlo?

Lo primero que se me viene a la mente es el dinero, he pensado que bueno, al final de todo dejo el diezmo y punto, cumplo con Dios, pero me ha pasado que ocurre algún imprevisto y terminé acumulando el diezmo para un siguiente mes… grave error… He visto y he oído el testimonio de aquellos que al recibir su sueldo lo primero que hacen es separar su diezmo y el resto es multiplicado… creo que por aquí va la cosa, Dios ve el corazón y un corazón imperfecto es aquel que deja a Dios en último lugar.
Lo segundo que se me ocurre es mi día, si dedico a Dios las primeras horas, mi corazón, mis pensamientos serán santificados y el resto del día lo será así también, pensamientos limpios, intenciones sinceras, lámpara a mis pies.
Lo tercero es cuál es mi reacción después de tener una victoria, después de una célula, después de ver un milagro, lo primero debe ser darle la honra a quien se la merece, Dios.
Se me ocurren mil ideas de cómo aplicar este principio, y recuerdo mil y una veces los resultados desastrosos de no hacerlo, si siguiera escribiéndolos, esto no acabaría.
Núm. 15:18-21 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra a la cual yo os llevo, cuando comencéis a comer del pan de la tierra,  presentaréis una ofrenda a Jehová.
De lo primero que amaséis,  presentaréis una torta como ofrenda;  como la ofrenda de la era,  así la ofreceréis. De las primicias de vuestra masa daréis a Jehová una ofrenda por vuestras generaciones.
Y el resto será  santificado, bendecido y multiplicado.
(Otra vez me sorprendes… El día de ayer pude ver tu providencia sobre mi vida, increíble historia, ver como planificas nuestros pasos y como cada cosa sale perfecta cuando estamos atentos a tu necesidad, me pregunto ¿Cuántos de mis días son así aunque no lo parezcan?, quiero aprender a vivir escuchando tu voz… Gracias)

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