sábado, febrero 25, 2012

V Campeonato Mundial de Taekwondo Guayaquil 1982

 

 http://es.wikipedia.org/wiki/Campeonato_Mundial_de_Taekwondo

 

Hace 30 años


25 de de febrero de 1982, José Cedeño Barre logra el titulo mundial de Taekwondo en el V Campeonato Mundial de Taekwondo Guayaquil 1982 en el coliseo Voltaire Paladines Polo al derrotar al mexicano César Rodríguez ante había ganado a Nassan Mohafizb (Egipto), Emilio Azofra (España), Aldo Codazzo (Italia).
Actualmente José Cedeño Barre en el segundo vicepresidente de Federación Deportiva de Manabí

Sueñe grandes sueños con ayuda de Dios


Sueñe grandes sueños con ayuda de Dios
Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los que sueñan
Sal 126:1

OBJETIVO: Que los hermanos no paren de soñar y de poner sus sueños delante de Dios este nuevo año.

INTRODUCCIÓN: En los diálogos que sostienen los protagonistas de "Flahsdance", una conocida película disco de finales de los ochenta, el propietario de la factoría dice algo como: "Cuando abandonas tus sueños, mueres...". Una frase cargada con una profunda filosofía. Tiene tanta vigencia hoy como cuando se estrenó el filme.

Sólo llegan a sus metas, quienes sueñan. Y alcanzan nuevos peldaños en la escalera al triunfo, aquellos que –tomados de la mano de Dios—no se dejan vencer pese a las dificultades. La semana pasada vimos que Jesús hará cosas nuevas en nuestras vidas este año. Él es el HACEDOR por excelencia y eso incluye nuestros sueños. Este es un buen año para volver a empezar; a soñar.

DESARROLLO
1) Jabes, un prototipo de soñador: Sin que la Biblia especifique mucho respecto a sus orígenes, trascendencia o el momento en que tuvo un encuentro personal con Dios, encontramos un registro acerca de Jabes, un soñador de tiempo completo.

Se caracterizó por ser diferente a sus hermanos. "Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor" (1 Crónicas 4:9). Pensaba y actuaba diferente. Tal como ocurre con aquellos que tienen metas. Se convierten en piedras de tropiezo para quienes les rodean, en el blanco de sus burlas y críticas o quizá, objeto de la indiferencia general por el hecho de ir en contravía. (cf. Gn 37:19 en su contexto)

2) Jabes confió en un Dios de milagros: Cuando llegó el momento de llevar sus planes a la presencia de Dios, tenía claro que el nuestro es un Dios de milagros y que El ama a quienes sueñan grandes sueños. Pensaba más allá de las cosas, planes y proyectos pequeños que articulaban los demás. "E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio..." (v.10a).

Igual usted. Tiene aspiraciones. Pero las abandonó pronto. No olvide que, si ponemos en manos del Señor nuestras iniciativas, tenemos su ayuda. Para El nada es imposible, siempre téngalo claro. Es hora de recobrar esos planes y objetivos olvidados para este año. No pueden continuar en el cuarto del abandono ni en la bodega del olvido. Desempolve sus sueños, sáquele brillo y preséntelos a su Dios en clamor y oración ferviente. (Léase Lc 18:1-8)

3) Si Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros?: Humanamente podemos lograr muchas cosas. Pero mucho más con la ayuda de Dios. "...y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe". Si el va con nosotros, si acompaña nuestros proyectos, seguramente llegaremos a ver construidos nuestros sueños. (cf. Ro 8:31)

4) Dios nos otorga lo que pedimos: Si nuestros sueños, metas y proyectos están conforme la voluntad de Dios, Él nos los concede. Este hecho se evidenció en la oración de Jabes y la forma como concluye su registro en la historia bíblica. "...Y le otorgó Dios lo que pidió" (v.10b).

APLICACIÓN: Nunca deje de soñar. Es probable que el relato haya tocado su vida. Si es así, recuerde que iguales posibilidades tiene usted. Sólo basta que no deje de soñar. Todo aquello que anhelamos puede convertirse en realidad. Basta que perseveremos, que no salgamos corriendo ante los primeros fracasos, que confiemos en el Dios de milagros en quien hemos creído y que El puede traernos bendición incluso en aquellas circunstancias que nosotros consideramos adversas.

Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.” (Sal 37:4)