miércoles, noviembre 28, 2012

John Piper


El Matrimonio: Una Representación De La Gracia Que Guarda El Pacto

Por John Piper Sobre Matrimonio
Una Parte de la serie Marriage Christ and Covenant: One Flesh for the Glory of God



Colosenses 2:13-15; 3:12-19
Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. 15 Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El. [3:12] Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. 15 Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones. 17 Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre. 18 Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19 Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas”.
En las últimas dos semanas hemos visto que lo más fundacional que se puede decir acerca del matrimonio es que es la obra de Dios. Y lo más esencial, o elevado, que se puede decir acerca del matrimonio es que es la imagen de Dios. Estos dos puntos son presentados por Moisés en Génesis 2. Pero se hacen aun más evidentes con Jesús y Pablo en el Nuevo Testamento.

Jesús: El Matrimonio Es La Obra De Dios

Jesús asevera de la manera más evidente que el matrimonio es la obra de Dios. Marcos 10:6-9: “Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra [Génesis 1:27]. 7 Por esta razón el hombre dejara a su padre y a su madre, 8 y los dos serán una sola carne [Génesis 2:24]; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe”. Esta es la declaración más clara en la Biblia de que el matrimonio no es solo la obra de un hombre. Las palabras “Dios ha unido” significan que es la obra de Dios.

Pablo: El Matrimonio Es La Imagen De Dios

Pablo asevera de la manera más evidente que el matrimonio está diseñado para ser la imagen de Dios. En Efesios 5:31-32, Pablo cita Génesis 2:24 y nos habla entonces del misterio que siempre ha tenido el matrimonio: “Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia”. En otras palabras, el pacto implicado en abandonar a la madre y al padre, unirse a la esposa, y volverse una carne es una imagen del pacto entre Cristo y la iglesia. El matrimonio existe, en su sentido supremo, esencial, para representar el amor que guarda el pacto entre Cristo y su iglesia.

Un Modelo De Cristo Y La Iglesia

Le pregunté a Noël si había algo que ella quisiera que yo dijera hoy. Ella dijo «es imposible sobre enfatizar que el matrimonio es un modelo de Cristo y la Iglesia». Y creo que está en lo correcto, al menos, por tres razones:
Esta declaración eleva al matrimonio muy por encima de las imágenes de una comedia ofensiva y le confiere el magnífico significado que Dios quiso que tuviera.
Esta declaración provee al matrimonio de un fundamento sólido sobre la gracia, ya que Cristo obtuvo y sostiene a su novia solo por gracia; y
Esta declaración muestra que la autoridad del esposo y la sumisión de la esposa son aspectos cruciales y crucificados.
Es decir, la autoridad del esposo y la sumisión de la esposa son aspectos que están incluidos en el significado mismo del matrimonio como una representación de Cristo y la iglesia, pero ambos están definidos por la obra abnegada de Cristo en la cruz, a fin de que el orgullo y servilismo de los cónyuges fueran cancelados.
En los dos primeros mensajes nos detuvimos en la primera de estas tres razones: expusimos el fundamento del matrimonio como una imagen del pacto de amor de Dios. El matrimonio es un pacto entre un hombre y una mujer en el que prometen ser fieles como esposo y esposa en una nueva unión de una-carne, mientras ambos vivan. Este pacto, sellado con votos solemnes y con la unión sexual, ha sido diseñado para mostrar la gracia que guarda el pacto de Dios.

Un Sólido Fundamento En La Gracia

Ese es el título de hoy: “El matrimonio: Una representación de la gracia que guarda el pacto”. Así que estamos avanzando hacia la segunda razón por la que creo que Noël está en lo correcto al decir que es imposible sobre enfatizar que el matrimonio es un modelo de Cristo y la iglesia: en específico, porque provee al matrimonio de un sólido fundamento sobre la gracia, ya que Cristo obtuvo y sostiene a su esposa solo por gracia.
En otras palabras, la idea central hoy es: ya que el nuevo pacto de Cristo con su iglesia es establecido y sostenido por la gracia comprada por sangre, entonces los matrimonios humanos fueron creados para representar ese nuevo pacto de gracia. Y los matrimonios representan esta verdad al descansar en la experiencia de la gracia de Dios y transformarla desde una experiencia vertical con Dios a una experiencia horizontal con el cónyuge. Es decir, en el matrimonio, usted vive cada momento en una feliz dependencia del perdón, la justificación y la gracia venidera de Dios, y en cada instante, transforma esta experiencia a favor de su cónyuge (como una extensión del perdón, la justificación y la ayuda prometida de Dios). Ese es el mensaje principal de hoy.

La Posición Central De La Gracia Que Justifica Y Perdona

Estoy consciente de que se espera que todos los hombres hagan esto en sus relaciones (no solo los cristianos): que vivan en cada instante por la gracia de Dios, que justifica, provee, y perdona, y que transformen esa gracia hasta aplicarla a todas las otras personas de sus vidas. Y Jesús dice que toda nuestra vida es una representación de la gloria de Dios (Mateo 5:16). Pero el matrimonio está diseñado para ser una imagen única del pacto de la gracia de Dios, porque, a diferencia del resto de las relaciones humanas, el esposo y la esposa son enlazados por un pacto para vivir la relación más íntima posible mientras duren sus vidas. En el matrimonio hay roles únicos de autoridad y sumisión que deben desempeñarse, pero ese no es mi énfasis hoy, eso vendrá después. Hoy considero que el esposo y la esposa son cristianos per se1, y no sobre la base de la analogía de la cabeza y el cuerpo. Por tanto, un hombre y una mujer pueden decidir vivir los roles únicos de autoridad y sumisión (bíblicamente y por la gracia), ellos deben descubrir el significado de estos roles para edificar sus vidas con la experiencia vertical del perdón, la justificación, y la ayuda prometida; y entonces deben acomodar esta experiencia a la relación horizontal con el cónyuge. Este es, por tanto el enfoque de hoy.
O, para expresarlo en los términos que utilizamos en el mensaje de la semana pasada: La clave para estar desnudos y no sentir vergüenza (Génesis 2:25), cuando de hecho, un esposo y una esposa hacen muchas cosas de las que se deberían avergonzar, es experimentar verticalmente el perdón y la gracia justificadora de Dios, y adaptarlos horizontalmente el uno hacia el otro, y hacia el mundo.

La Ira Venidera De Dios

Veamos brevemente, el fundamento para esta verdad en Colosenses. Comenzaremos con Colosenses 3:6: “Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas”. Si usted dice «de lo último que quiero escuchar hablar en mi atribulado matrimonio es de la ira de Dios», entonces es semejante al pescador frustrado en la costa occidental de Indonesia el 26 de diciembre de 2004 diciendo «de lo último que quiero escuchar hablar en mi atribulado negocio de pesca es de un tsunami». Precisamente lo que muchos matrimonios necesitan es un temor y entendimiento profundo de la ira de Dios, porque sin ella, el evangelio es diluido hasta convertirse en simples enseñanzas útiles para las relaciones humanas, y pierde su gloria bíblica. Y sin esa gloria, usted será tentado a pensar que su propia ira –su enojo- contra su cónyuge es sencillamente demasiado grande para ser soportada, porque en realidad nunca ha experimentado una ira infinitamente mayor, que es vencida por la gracia, y estoy hablando de la ira de Dios contra usted.

La Remoción Del Castigo De Dios

Así que comenzaremos con la ira de Dios y su remoción. Vayamos atrás a Colosenses 2:13-14: “Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz”.
Esas últimas palabras son las más importantes. A este –este documento de deuda que consistía en decreto contra nosotros- Dios lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. ¿Cuándo sucedió? Hace dos mil años. No sucedió en el interior de usted, y no sucedió con alguna ayuda suya. Dios lo hizo para ustedysin contar con usted, y lo hizo antes de que naciera. Esta es la gran objetividad de nuestra salvación.

El Documento De Deuda Cancelado En La Cruz

Asegúrese de ver la más maravillosa y sorprendente de todas las verdades: Dios tomó el documento que registraba todos los pecados que nos hacían deudores de ira (los pecados son ofensas contra Dios que producen su ira), y en lugar de levantarlo en frente de nuestro rostro y usarlo como una orden judicial para enviarnos al infierno, lo puso en la palma da la mano de su Hijo y lo atravesó con un clavo en la cruz.
¿Los pecados de quién fueron clavados a la cruz? ¿Los pecados de quién fueron castigados en la cruz? Respuesta: Mis pecados. Y los pecados de Noël –los pecados de mi esposa y los míos- los pecados de todos los que perdieron la esperanza de salvarse a sí mismos y confían solo en Cristo. ¿Las manos de quién fueron clavadas en la cruz? Las manos de Jesús. Hay un nombre hermoso para esto y es: substitución. Dios condenó mi pecado en la carne de Cristo (Romanos 8:3). Esposos, confíen en esta verdad, porque nunca podrán excederse en la confianza que depositan en esta verdad; Esposas, no hay manera de que se excedan en la fe que depositan sobre esta verdad.

La Justificación Va Más Allá Del Perdón

Y si volvemos hacia atrás y dirigiéramos hacia este lugar todo lo que entendemos sobre la justificación de acuerdo al libro de los Romanos, todavía pudiéramos decir más. La justificación va más allá del perdón. No solo somos perdonados gracias a Cristo, Dios también nos declara justos, gracias a Cristo. Dios demanda dos cosas de nosotros: el castigo por nuestros pecados, y la perfección de nuestras vidas. Nuestros pecados deben ser castigados y nuestras vidas deben ser justas. Pero no podemos llevar nuestro propio castigo (Salmos 49:7-8), y no podemos proveernos nuestra propia justicia. No hay justo, ni aún uno (Romanos 3:10).
Por tanto, Dios, por su amor inmensurable hacia nosotros, dio a su propio Hijo para que hiciera las dos cosas. Cristo lleva sobre sí nuestro castigo y Cristo realiza nuestra justicia. Y cuando recibimos a Cristo (Juan 1:12), todo su castigo y toda su justicia es contada como nuestra (Romanos 4:4-6; 5:19; 5:1; 8:1; 10:4; Filipenses 3:8-9; 2da a los Corintios 5:21).

La Justificación Proyectándose Hacia Afuera

Esta es la realidad vertical que debe ser proyectada horizontalmente hacia nuestros cónyuges si el matrimonio debe representar la gracia de Dios que establece y guarda el pacto. Lo vemos en Colosenses 3:12-13: “Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así tambiénhacedlo vosotros”.
"Como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros" –a su cónyuge. Como el Señor le soporta a usted, así también debe soportar a su cónyuge. El Señor le soporta cada día mientras usted deja de hacer su voluntad. De hecho, la distancia entre lo que Cristo espera de usted y lo que usted logra es infinitamente mayor que la distancia entre lo que usted espera de su cónyuge y lo que su cónyuge logra. Cristo siempre ha perdonado más y ha soportado más de lo que nosotros perdonamos y soportamos. Perdone como ha sido perdonado. Soporte como también ha sido perdonado. Así debe ser, sea que esté casado con un creyente o con un incrédulo. Permita que la medida de la gracia de Dios para usted en la cruz de Cristo, sea su propia medida de gracia hacia su cónyuge.
Y si está casado con una persona que no cree, puede añadir esto: Mientras el Señor le tenga como alguien justo en Cristo, aunque no lo sea según su comportamiento o actitud actual, así también tiene a su cónyuge como una persona justa, aunque no lo sea. En otras palabras, Colosenses 3 dice: tome la gracia vertical del perdón y la justificación y acomódela horizontalmente hacia su cónyuge. Para esto fue creado el matrimonio, esencialmente para representar la gracia que guarda el pacto de Cristo.

La Necesidad De Una Sabiduría Enraizada En El Evangelio

Ahora, en este punto emergen cientos de situaciones complejas que claman por una sabiduría espiritual profunda enraizada en las verdades del evangelio y en muchos años de dolorosas y fieles experiencias. En otras palabras, no hay manera de que yo pueda aplicar este mensaje a todas las necesidades particulares. Además de predicar necesitamos al Espíritu Santo, necesitamos oración, necesitamos meditar por nosotros mismos en la Palabra, necesitamos leer las ideas de otros, necesitamos el consejo de amigos sabios que hayan experimentado el dolor, necesitamos que la iglesia nos sustente cuando todo se derrumba. Por eso, no tengo la ilusión de poder decir todo lo que debe ser dicho para ayudarles.

Vivir Verticalmente, Para Después Acomodarnos Hacia El Exterior

Sería de gran ayuda terminar dando muchas razones por la que enfatizo que el pacto de amor es el perdón y la justificación de otros ¿No creo que podemos deleitarnos en otras personas? Sí, lo creo, tanto la experiencia como la Biblia me llevan a esta conclusión. Para estar seguros: Jesús está casado con su novia la iglesia, y evidentemente es posible y bueno agradar al Señor (Colosenses 1:10). Y él es ciertamente infinitamente digno de nuestro deleite en él. Este es el matrimonio ideal: dos personas que se humillan a sí mismas y buscan cambiar por medio de métodos piadosos para agradar a su cónyuge y satisfacer las necesidades físicas y emocionales del otro, o agradarle con toda buena acción. Sí, la relación de Cristo y la iglesia incluye todo esto.
Pero las razones por las que enfatizo la necesidad de vivir verticalmente a partir de la gracia de Dios, y luego acomodarnos horizontalmente en perdón y justificación hacia el cónyuge es:
Porque habrá un conflicto basado en el pecado y la peculiaridad de cada uno (y no podrán ponerse de acuerdo con respecto a lo que es simplemente diferente en el otro y a lo que es pecado).
Y porque el duro trabajo de soportar y perdonar es lo que hace posible que los sentimientos florezcan cuando parecen haber muerto.
Y porque Dios recibe gloria cuando dos personas diferentes y muy imperfectas forjan una vida de fidelidad al confiar en Cristo en medio del horno de la aflicción.

En Cristo, Dios Le Ha Perdonado, A Usted –Y A Su Esposa

Ahora, la próxima vez reanudaré desde aquí y les diré de un descubrimiento que Noël y yo hicimos. Predigo que el sermón se llamará “El sermón de la pila de abono”.
Hasta entonces, esposos y esposas, dirijan sus propias consciencias hacia estas grandes verdades –verdades que son mayores que cualquier otro problema matrimonial– que Dios ha “perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz”. Crea en esta verdad con todo su corazón y amóldese con esta verdad en su relación con su esposa
1Per se (Lat.):De por sí. Diccionario General de la Lengua Española VOX.

Como debemos vestirnos


Como debemos vestirnos

 
 
 
 
 
 
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Como debemos vestirnos
Vamos a hablar de la vestimenta. Este artículo no hubiese existido si no fuese por el testimonio de una hermana pentecostal cubana, que tiene una hija de 14 años, más delgada que un faquir, que en su iglesia le disciplinaron la hija porque una vez fue a la playa en Cuba y se puso una biquini. Obviamente me pareció ridícula esta observación, y junto a mi esposa y mi suegra la aconsejamos un poco para que no se sienta mal. Esta y otras situaciones más de la vida eclesiástica de esta hermana cubana, motivaron a que se retirase de la comunidad, en donde hacía 8 años que había conocido al Señor.
En el AT Dios le habló al pueblo de Israel en cuanto a la vestimenta del hombre y la mujer. Tanto el hombre como la mujer utilizaban vestidos similares, de modo que la diferencia entre los sexos era muy importante.
Deuteronomio 22:5 dice: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.”

 Este texto para comenzar, es parte de la ley de Moisés, ley que fue dada específicamente a la nación de Israel. Cuando en Deuteronomio se introduce la ley de Moisés dice lo siguiente:
“Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da” (Deut.  4:1 RV 1960)
Por supuesto que la ley de Moisés tiene principios de aplicación general a todo ser humano, porque en la ley de Moisés se manifiesta el carácter santo de Dios, sin embargo, no todo lo que dice la ley de Moisés en sus más de seiscientos estatutos y preceptos se aplican a toda la humanidad en general. De lo contrario, tendríamos todos, por ejemplo, que ofrecer sacrificios a Dios en el templo de Jerusalén, al menos tres veces al año, por cuanto esto es lo que dice la ley de Moisés.
En el mandato de Dios a Israel en Deuteronomio 22:5 vemos que una mujer no debía vestir traje de hombre y que un hombre no debía vestir ropa de mujer. El mandato simplemente apunta a que los hombres vistan la ropa diseñada para hombres y que las mujeres vistan la ropa diseñada para mujeres.
Conocida es una desviación sexual conocida con el nombre de travestismo, palabra que proviene del verbo travestir que significa vestir a una persona con la ropa del sexo contrario.
Esta desviación es la que está confrontando el mandato en Deuteronomio 22:5. Esto queda confirmado por lo que dice al final del texto: “porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”
La palabra abominación significa algo que es moralmente horrendo. Es la misma palabra que la Biblia usa para hablar de la homosexualidad. Note lo que diceLevítico 20:13
“Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”
Para Dios, tanto el travestismo como la homosexualidad son abominación o algo moralmente horrendo.
Así que cada vez que usted lea Deuteronomio 22:5 entiéndalo en el sentido que está confrontando la desviación sexual por la cual una persona se viste con la ropa del sexo opuesto.
Este texto no se puede usar como fundamento para prohibir que una mujer de la actualidad en el mundo occidental vista con pantalón. Usted sabe que existen pantalones de hombre y pantalones de mujer. Lo malo sería que un hombre vista con pantalones de mujer o que una mujer vista con pantalones de hombre, como expresión de esa desviación sexual llamada travestismo.
Yo creo que la vestimenta de la mujer actual debe ser decente, con decoro, con pudor..Sin llamar la atención o mas bien sin poner a otros en tentación. La biblia te da algunos consejos de como vestir.
En el tiempo en que vivimos a fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI, es ya muy difícil distinguir al homosexual del heterosexual. Las mujeres lesbianas no necesariamente visten de manera masculina, ni los hombres homosexuales o ‘gay” visten de manera femenina. Aún así el hombre debe siempre vestir de manera apropiada para el varón, y la mujer debe vestir siempre de manera apropiada para la varona.
La vestimenta y la apariencia personal son un índice importante del carácter cristiano. La vestimenta y la apariencia personal constituyen poderosos comunicadores del lenguaje no hablado, ya que no sólo muestran el nivel socio-económico, sino también los valores del individuo.
La Biblia también reconoce la importancia de la vestimenta. Implícitamente, lo indica en el simbolismo de vestir de manera sencilla para representar la provisión de Dios (“ropaje de salvación”, Isaías 61:10; ver también Apocalipsis 3:18; 1 Pedro 5:5) y la vestimenta inmodesta para representar el adulterio y la apostasía espiritual (Ezequiel 23:40-42; Jeremías 4:30; Apocalipsis 17:4-6).
Mi casa, mi apariencia personal, mi vehículo, el uso que le doy al tiempo y al dinero, todo indica la forma en que Cristo cambió mi vida desde adentro hacia afuera.
Cuando Jesús entra en nuestra vida, no cubre nuestras imperfecciones con polvo cosmético. Todo lo contrario, él nos limpia completamente obrando desde el interior, lo cual se refleja en nuestra apariencia externa.
Los cristianos deberían vestirse en forma modesta y sentadora, evitando los extremos. Encontramos este principio en el uso que Pablo le da al término kosmios (bien ordenado) para describir el adorno apropiado del cristiano
(1 Timoteo 2:9). Al referirse a la vestimenta, el término significa que los cristianos deben vestirse con decoro, pudor y modestia. Este principio presenta un desafío para que estemos atentos a nuestra presentación personal, pero evitando los extremos.
El vestirse modestamente incluye que la ropa debe cubrir el cuerpo de tal manera que los demás no se sientan avergonzados o tentados.
Los cristianos deberían vestirse en una manera apropiada y decente, mostrando respeto por Dios, por sí mismos y por los demás.
Deberían vestirse sobriamente, resistiendo el deseo de exhibirse. Este principio se encuentra en el uso que Pablo le da al término sophrosune (sobriamente) para describir el adorno cristiano adecuado (1 Timoteo 2:9).
Deberían respetar las diferencias de sexo en el vestir y usar ropa que confirma su identidad masculina o femenina.
Aunque la Biblia no hace mención especifica en cuanto al tipo de moda o estilo que se ha de usar, sí da ciertas reglas o principios que se deben seguir al vestir. Si leemos en Timoteo 2:9-15, encontraremos allí que como primer estos principios, decoro, pudor y modestia. El apóstol Pablo después de instruir a Timoteo acerca del rol del hombre en la congregación del culto y en publico pasa a establecer las bases para la mujer (vs. 9-15).
I Timoteo 2:9-10
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
Aparentemente algunas mujeres del tiempo de Pablo y Timoteo no vestían de forma adecuada, o simplemente el mandamiento es dado con el fin de que no ocurra. Las mujeres de entonces, igual que las de hoy día gustaban de vestir de forma que pudieran lucir bien quizás con la intención de llamar la atención al sexo opuesto, cosa que es completamente natural, pero que muchas veces podía llegar al extremo, perdiéndose así todo sentido de respeto a sus propios cuerpos y faltando al nombre de Cristo. Otras mujeres quizás de clase más alta, buscaban el poder mostrar sus riquezas y su alto estatus social a través del vestido y las prendas costosas.
Estas prácticas podrían llegar o quizás habían llegado a la iglesia, donde las mujeres iban vestidas mayormente de manera inapropiada. La iglesia es el lugar para adorar a Dios y no un lugar para exhibir modas. El objetivo de la mujer (y el hombre) cristiana(o) no debe ser el de mostrar sus posesiones y nivel socio-económico, sino el de ser agradable a Dios en todo, y dar la gloria debida a Su nombre.
Además de lo antes mencionado queda un punto aún mucho más importante. Si una persona se preocupa mucho por su apariencia exterior, podrá descuidar lo que es más importante en ella, su vida interior, la piedad y su vida cristiana. Adelante vamos a estudiar detenidamente los versos que tiene que ver con la vestimenta enI Timoteo 2: 9-10.
…que las mujeres se atavíen con ropa decorosa, con pudor y modestia;
Tres principios Tres principios son introducidos en cuanto a la vestimenta de la mujer cristiana:
Significados:
  1. Decoro: Apropiado; De pudor y buen gusto en conducta y apariencia; ordenadamente
  2. Pudor: La calidad o estado de ser propio (apropiado); conforme a lo que es socialmente aceptado en conducta o palabra; temor a ofender las reglas convencionales de la conducta, especialmente entre sexos; (En nuestro caso la sociedad y las reglas de conducta cristianas)
  3. Modestia: Libre de orgullo pretensión o vanidad; vestimenta, conducta y hablar apropiado
La aplicación de estos principios de modestia depende en gran parte de la situación que nos encontremos. No podemos decir que un estilo de vestimenta en particular es en sí pecaminoso (aunque los tres principios establecidos podrían afectar ciertos estilos), las modas y los estilos cambian con el tiempo y con la sociedad, pero los principios establecidos permanecen para siempre.
Si nos pudiéramos remontar a los tiempos de la iglesia primitiva, nos encontraríamos que todos, hombres, mujeres y niños, estarían vestidos con batas hasta el suelo o hasta la rodilla. Un soldado Romano Cristiano como lo era Cornelio, estaría vestido con una falda (saya) corta, al alto de la rodilla, y todo esto sin causar ningún escándalo. Si tratáramos de imponer esta costumbre en América en la era en que vivimos, un hombre vestido con una bata o falda corta, llamaría mucho la atención y fuera causa de escándalo en la iglesia, en la calle o donde quiera que fuera.
Lo que es modesto en una sociedad no lo es en otra. Por eso creo que Dios no instruyó a Pablo a presentar un estilo específico, pero si a presentar los principios que gobernarían los estilos.
Los trajes, faldas (sayas), o batas son estilos de vestimenta generalmente aceptables para la mujer en nuestra sociedad (América), mas no para el hombre. El pantalón es estilo aceptable en nuestra sociedad lo mismo en hombre que en mujer, aunque con diferencia de cortes, excepto en el ‘jean’ que es casi siempre igual. El que una mujer use pantalón, no la hace necesariamente ‘masculina’.
Cualquiera sea la vestimenta, calzado o maquillaje que usen las mujeres cristianas en cualquier cultura o sociedad, deben estar basados en estos tres principios: El de ser decorosos (apropiado y de buen gusto), con pudor (apropiada, aceptable de una mujer cristiana, que no sea sexualmente provocativa) y con modestia (libre de orgullo, pretensión y vanidad) especialmente cuando se asiste a la casa de Dios. La manera en la que se van vestidos a la casa de Dios deja mucho que decir acerca de lo que sentimos por aquel lugar, lo respetamos o no.
La mujer y el hombre deben de tener en cuenta el efecto que ha de tener su vestimenta en otros hermanos en Cristo, para que no sea llamada la atención a sus cuerpos y atraer pensamientos sexuales al sexo opuesto. Aún así tenemos que mantener en mente que por la sencilla razón de que una persona tenga deseos lascivos hacia una (o), no significa esto que estemos vestidos necesariamente mal o provocativamente. El hombre no necesariamente tiene pensamientos inicuos hacia una mujer por el tipo de ropa que esta esté usando. En distintas ocasiones he oído a mujeres decir “ese hombre me quitó la ropa con los ojos”, y estas mujeres no estaban vestidas provocativamente, sino que la mente de aquel que la estaba mirando era una mente sucia y necesita que esta sea renovada (Efesios 20:24). El hombre y la mujer cristianos deben de ser disciplinados para mirar y pensar en las cosas correctas. (Filipenses 4:8)
…no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
El peinado que la mujer debe llevar no debe ser escandaloso, ni ostentoso. Ciertas mujeres del tiempo del apóstol Pablo se eran dadas al extremo uso de prendas; entretejían adornos de oro y perlas en sus peinados y vestían vestidos costosos para llamar la atención a sí mismas y hacer una exhibición de su ‘status’ social, a lo cual Pablo ordena que esto no sea practicado. Podemos ver que el apóstol no quiere que la norma sea la ostentación sino el orden sobrio con modestia. Una persona que pone mucho énfasis en la decoración exterior de su cuerpo, con exceso de cadenas demuestra que es una persona segura de sí misma y además débil en la fe. Personas así deben de buscar ayuda pastoral y dedicarse más a la oración.
…Si no con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad
En la siguiente comparación, Pablo exhorta a las mujeres a no estar tan preocupadas en su apariencia física como ya mencionamos, sino que debían estar vestidas de buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan la piedad. Las mujeres cristianas, que profesan piedad, deben ser caracterizadas, no por sus adornos externos y ostentosos vestidos y joyas, sino por sus buenas obras, es decir una vida donde el centro de atención sea Cristo y no ellas.
El apóstol Pedro presenta una enseñanza similar:
3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así se ataviaron en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos. I Pedro 3:3-5.
Conclusión
La ropa no hace a un cristiano, pero los cristianos revelan su identidad por medio de su ropa y apariencia. La Biblia no estipula la ropa que debe usar un cristiano ni establece un uniforme para el mismo. Sin embargo, aconseja la sencillez y simplicidad del estilo de vida de Cristo, lo cual incluye nuestra vestimenta y apariencia.
El seguir a Jesús en la forma en que nos vestimos y adornamos significa permanecer separados de la multitud y no pintarnos ni enjoyarnos ni engalanar nuestros cuerpos como lo hacen muchos de nuestros contemporáneos; lo cual requiere valor y discernimiento; valor para no conformarnos con los seductivos dictados de la moda, sino para ser transformados por las sensatas instrucciones de la Palabra de Dios (Romanos 12:2), y discernimiento para distinguir entre el capricho de la moda que cambia y el estilo sensato que permanece; valor para demostrar el amor del carácter de Cristo, no por medio del adorno exterior de nuestro cuerpo “con oro o perlas o ropas costosas” (1 Timoteo 2:9), sino con la hermosura interna de nuestras almas y la quietud de espíritu que son preciosos a los ojos de Dios (1 Pedro 3:3, 4); valor para vestirnos no para glorificarnos a nosotros mismos, sino para glorificar a Dios con nuestra vestimenta modesta, decente y sobria.
Nuestra apariencia externa es un testigo mudo constante de nuestra identidad cristiana. Ojalá muestre al mundo que vivimos para glorificar a Dios y no a nosotros mismos.
Otro punto importante para terminar es que los padres son responsables de la educación de los hijos y no los pastores o líderes de la iglesia. Eduque a su hijo(a) en los valores morales y espirituales del cristianismo que enseña la Palabra de Dios y si está seguro de que está haciendo lo correcto, no permita que nadie venga a exhortarla. Sepa utilizar bien la Palabra del Señor, tanto para educar a sus hijos como para defenderlos si están caminando en el Señor como corresponde.
Dios te bendiga y no permitas que nadie te hiera o te lastime usando reglamentos de hombres, que muchas veces se usan para manejar las iglesias y sustituyen con esto la Palabra de Dios.