sábado, octubre 12, 2013

DÍA 11 · LA FUERZA DE LA OBEDIENCIA - http://valientesguerreros.co/dia-11-%C2%B7-la-fuerza-de-la-obediencia/

DÍA 11 · LA FUERZA DE LA OBEDIENCIA

DÍA 11 · LA FUERZA DE LA OBEDIENCIA

titulo11
reflexionar
“Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. (Mateo 8:8·9).
Es impresionante la manera como el Señor Jesús habla de la sensatez de este centurión; pues tenía muy en claro el principio de la obediencia. Recuerde que a quien se le dificulta obedecer, le será difícil dirigir. Era como si el Señor hubiese estado buscando una persona de este calibre, para poder enseñar a sus discípulos. Razón por la cual les dice: “De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe”. (Mateo 8:10).
Este hombre entendió que el principio fundamental de un buen soldado es la obediencia, había hecho del obedecer y el dar ordenes un estilo de vida. Este militar reconoció que el poder de su autoridad, se debía a que él mismo estaba bajo autoridad. También reconoció en Jesús la autoridad Divina y que por lo tanto Él tenía ángeles que estaban a su servicio, que solo era suficiente una orden dada por el Señor y sus ejércitos angelicales la ejecutarían.
Al inicio de mi ministerio le tenía que dar a mi pastor un reporte de lo que había hecho durante la semana. Y siempre mi pasión ha sido evangelizar y todos los días predicaba en las calles, en los parques, y en algunas ocasiones se registraban conversiones de hasta doscientas personas. Pero como no tenía claro la importancia de la consolidación, no tomaba datos de aquellas personas y por ende no había un seguimiento.
Cuando le entregué emocionado mi reporte al pastor, este hombre de Dios frunció el ceño, me miró a los ojos y me dijo: “y ¿Dónde están esas personas?” Le dije: “No sé Jesús se encargara de ellas”. En ese instante aquel hombre me dijo con voz de autoridad: “No me importa cuantas personas ganas por fuera, me importa son los que tu ganas para la iglesia”. Esto para mi fue como un baldado de agua fría, no me gusto esa reunión, salí de ahí con una fuerte batalla en mi mente. Pensé hasta en irme de la iglesia, que debería buscar otro lugar donde si valoraran lo que hacía. Pero de pronto oigo otra voz, y esa era la voz del Señor que me dice: “Hijo no te aflijas, este es el pastor que tu necesitas, porque si no puedes obedecer a tu pastor, tampoco podrás ser autoridad”. Aquel día me arrepentí y me determiné hacer lo que mi pastor indicaba.
El Señor dijo: “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos”. (Mateo 8:11). Jesús tomó el ejemplo de Abraham, quien llegó a ser reconocido como el padre de la fe, y sabemos que logró llegar a esa posición a causa de su obediencia.
Es interesante ver que tanto Isaac y Jacob fueron obedientes a la dirección de su padre. Isaac aceptó la mujer que Eliazar siervo de Abraham había escogido para él y desde el primer momento que la vio, la amó. Jacob obedeció a sus padres, se fue a vivir donde su tío y allí Dios lo bendijo con una gran familia y muchos bienes.
Creo que aquellos que tienen un corazón obediente, serán los que tendrán la autoridad para quebrantar las fuerzas de maldad que operan en los aires.
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declaracion11
La estrategia del adversario es hacer que las personas perciban el pecado como algo leve, sin mayor trascendencia. Así trata de confundirlos emocional y afectivamente para enredarlos en relaciones tormentosas, para llevarlos a transitar sendas de amargura y frustración. Sabe que si logra controlar y doblegar a una pareja, ellos quedarán desprotegidos.
El principal deseo del adversario es dividir los matrimonios, confundir los hogares y destruir las familias para ejercer control sobre sus miembros.

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    DÍA 10 · LA PROVISIÓN DE DIOS PARA SU VIDA

    DÍA 10 · LA PROVISIÓN DE DIOS PARA SU VIDA

    DÍA 10 · LA PROVISIÓN DE DIOS PARA SU VIDA

    titulo10
    reflexionar
    En la casa del justo hay gran provisión; Pero turbación en las ganancias del impío”. (Proverbios 15:6)
    Es importante entender que existe una gran diferencia entre ser próspero y ser rico. Cuando se habla de ser rico, se hace referencia a una persona acaudalada y propietaria de muchos bienes; no obstante, una persona puede ser próspera sin que sea acaudalada ni rica. Por ejemplo: Cuando Jesús vivió en la tierra, no tenía riquezas, pero fue próspero. No podríamos decir que el Señor era pobre, Él era próspero porque un pobre no puede alimentar a más de 10 mil personas como el Señor lo hizo.
    Toda la vida ministerial del Señor Jesús fue próspera, y esto se explica en la capacidad de sanar a tanta gente, porque Él, de Su prosperidad estaba dando de Su medicina, compartiendo Su sabiduría y enriqueciendo a mucha gente; porque él mismo es prosperidad.
    Al respecto el proverbista dijo: “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen”. (Proverbios 3:13·18)
    Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría. Uno de los privilegios más grandes que pueda tener el ser humano es hallar la sabiduría, y con esto no me refiero a la sabiduría de este mundo, que ha querido desconocer a Dios para levantar un altar al humanismo. Me refiero a la sabiduría que fluye de cada una de las palabras que salen del río de la boca de Dios, ya que al acatar cada una de sus enseñanzas tendremos una vida equilibrada, pues en la bolsa de valores del Reino de los Cielos, las acciones de la sabiduría jamás pierden su valor, mientras que las acciones de la plata son fluctuantes. Además sus frutos no son pasajeros, pues da dividendos en esta vida y también en la eternidad.
    Es emocionante saber que aquellos que logramos rescatar de una condenación eterna, testificarán a su favor en el último día. Humanamente no hay nada que supere los jugosos frutos de la sabiduría. Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra. Es increíble ver que estamos viviendo los años de máximo desarrollo tecnológico y científico, pero aún el hombre no ha encontrado el elixir que aumente sus años de vida sobre esta tierra; no obstante, se las ingeniaron, apelando a las cirugías para aparentar una juventud externa aunque por dentro sienta que su vida se está deshaciendo paso a paso.
    Al respecto David alaba a Dios diciendo: “El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila”. (Salmos 103:4·5). Y en el salmo del pastor dijo: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días”. (Salmos 23:6).
    Jesús es la verdadera fuente de la sabiduría, la mujer samaritana en el diálogo que sostuvo con Jesús cerca al pozo de Jacob lo entendió y le dijo: “¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla”. (Juan 4:11·15).
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    La palabra “prosperidad” viene del griego “eudoumai” y significa tener buen viaje. Trasladar esa definición a la vida del creyente es afirmar los buenos deseos que Dios tiene para Sus hijos, que sean hombres y mujeres de éxito, que aprendan a ser atentos y sensibles a Sus mandatos para que Él pueda prosperarlos integralmente.
    Pero estas bendiciones están sujetas a la manera como nosotros nos relacionemos con Dios y con Su Palabra. El mandato del Señor para Su siervo Josué fue: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).

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      DIA 9 .- DETERMINADOS A VIVIR EN BENDICIÓN

      DÍA 9 · DETERMINADOS A VIVIR EN BENDICIÓN

      DÍA 9 · DETERMINADOS A VIVIR EN BENDICIÓN

      titulo
      reflexionar “Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti” (Génesis 17:6).
      Desde el momento en que Dios entró en pacto con Abraham, lo extendió a toda su descendencia. Este hombre agradó tanto el corazón de Dios, que le plació al Señor bendecir a través de él a todas las naciones de la tierra. Aunque él no tenía hijo, por causa de su fe, Dios lo hizo padre de naciones. La bendición de Abraham pasó a su hijo Isaac.
      El Señor le dijo a Abraham:  “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra”. Isaac transmitió la bendición a Jacob; y Jacob, a los patriarcas. Podemos ver que la bendición de Abraham descendió primero a Isaac, y luego a Jacob, en ese mismo orden genealógico. La línea genealógica de Abraham continúa hasta llegar al Mesías, llamado el Cristo. Pablo comenta que Jesús es la simiente, o sea, Él es el verdadero linaje de Abraham, razón por la cual toda la bendición de Abraham recae sobre Jesús, como su simiente. Y Pablo añade que nosotros, por ser de Cristo, somos bendecidos con la misma bendición de Abraham.
      Aunque Jacob había recibido la bendición de su padre,  tuvo que librar muchas batallas antes que ésta se concretara en su vida. La experiencia más grande la obtuvo en una de sus noches más angustiosas, cuando supo que su hermano Esaú venía cabalgando a su encuentro, y que traía consigo cuatrocientos hombres armados. Jacob sabía que las intenciones de su hermano no eran buenas, que aquél tenía una sola cosa en mente, destruir a Jacob, a sus mujeres y a sus hijos, arrasando con todo lo que tenía. Esto lo llevó a clamar a Dios con toda su alma. Esa noche, en oración, luchó con el Ángel de Jehová, y pudo ver Su rostro. El rostro del Ángel es la bendición. Mientras lo observaba, la bendición iba cambiando la maldición. Jacob quitó los ojos de las circunstancias y empezó a mirar a través del Ángel cómo la maldición era cambiada en bendición.
      A través de Su rostro pudo visualizar lo que Dios estaba haciendo en su favor, pudo darse cuenta que el corazón de su hermano era transformado y que sus pensamientos eran renovados; pudo creer que se volvía una persona afable, familiar y amigable. Él miró la bendición y, cuando terminó de orar, supo que la bendición ya estaba con él. Cuando su hermano llegó a su encuentro, ya había cambiado, porque la bendición tocó a su hermano.
      Mientras él iba cabalgando, lleno de ira, los demonios que lo incitaban al odio y le decían: “Tienes que matarlo, tienes que acabarlo, tienes que arrasarlo”, fueron atados por el Ángel.  Todo esto sucedía mientras Jacob estaba visualizando.  Y apenas fueron atadas las fuerzas del mal, vinieron los ángeles trayendo pensamientos positivos y de vida sobre Esaú:  “Pero, ¿por qué habría de matarlo si es mi hermano, si en verdad yo lo amo? Y no lo he visto en tanto tiempo, ni he conocido a sus mujeres ni a sus hijos. No, yo no puedo cometer semejante locura”.  Esaú cambió mientras estaba cabalgando; Dios mudo su corazón en un solo instante, y todo porque Jacob entendió el poder de la bendición.
      Todo lo que Jacob había visualizado, al día siguiente lo estaba viviendo; tal como él lo había visto en fe. Jacob le dijo a Esaú: “Vi tu rostro como el rostro de Dios”. Por ello, llamó Jacob a ese lugar Peniel, porque dijo: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”. Peniel significa “ver el rostro de Dios”. Cuando Jacob se encontró con su hermano, le dijo: “Vi tu rostro”, igual a la experiencia de Peniel, como el rostro de Dios (Génesis 32:30).
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      declaracion
      Aunque parezca increíble, cada creyente en Jesucristo puede revertir su difícil situación financiera. A través de Moisés, el Señor enseñó que tanto la prosperidad como la ruina son el resultado de la manera como nos relacionemos con la Palabra de Dios. Aquel que la oye y la obedece, trae la bendición financiera a su vida; mas todo aquel que la oye y no la obedece, atrae la ruina. (Deuteronomio 28:1-3·15).
      Algunos pasos que le ayudarán a alcanzar la tan deseada victoria financiera:
      • Sea generoso. El contribuir a la obra de Dios no deber ser una exigencia sino un propósito nacido del corazón. “Cada uno dé como propuso en su corazón” (2 Corintios 9:7).
      • Ore antes de dar. Anule toda ruina y pobreza que amenace sus finanzas.
      • Dé con alegría. “No con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:6).
      • Confiese que Dios multiplicará su sementera. Lo que usted sembró, se multiplicará “…y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente…” (Deuteronomio 8:13).

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        DÍA 8 · CREADO A SU IMAGEN Y SEMEJANZA - CESAR CASTELLANOS

        DÍA 8 · CREADO A SU IMAGEN Y SEMEJANZA

        DÍA 8 · CREADO A SU IMAGEN Y SEMEJANZA

        titulo
        reflexionar
        “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. (Génesis 1:26).
        Nancy Verhelst belga de 44 años apelo a la eutanasia, aunque había hecho lo que su instinto le decía; pensó que con el cambio de sexo seria como nacer a una nueva vida.
        Nancy Verhelst
        Pero al ver los resultados se vio como un monstruo donde prefirió la muerte legalizada, antes que soportar el tormento de verse peor de lo que ella misma imaginaba. ¿Que le afecto a esta mujer que se convirtió No en hombre, sino en algo que ella identifico como un monstruo? De niña su mama le decía: “Si tan solo fueras un niño”. Gracias a Dios la Biblia no se equivoca, Dios hizo al hombre, hombre y a la mujer, mujer. Dios, al pensar en el hombre visualizó un ser que pudiera reproducir Su carácter y Su voluntad. Dios reprodujo en nosotros Su propia gloria, tal como lo expresó el Apóstol San Pablo:“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
        Dios diseñó un hombre justo, amoroso, feliz, que pudiese convivir en sociedad pero, ante todo, que pudiera disfrutar de una comunión íntima y permanente con el Creador. Y aunque Dios creó al hombre para que éste lo adorara, no quiso que él lo hiciera por obligación, sino que le otorgo voluntad propia. El hombre fue puesto en un lugar de bendición: “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis 2:8-9).
        El huerto representa las bendiciones de Dios dadas al hombre para que éste las disfrute. El hombre tenía al alcance de su mano, todo tipo de bendición, sólo tenía que aceptar y gozar de todo aquello que Dios le había dado. Dos árboles sobresalían en medio del huerto: el árbol de la vida y el de la ciencia del bien y del mal. Sabemos que el árbol de la vida es un prototipo de Jesús, mientras que el árbol de la ciencia del bien y del mal, fue el medio que Dios estableció para probar el corazón del hombre.
        Al haber elegido incorrectamente, el hombre perdió todos los privilegios que Dios le había dado. Sin embargo, cuatro mil años después, Dios levantó otro árbol en el monte Calvario, como el único medio de restauración entre Él y el hombre. Toda la desdicha que el hombre experimentó fue por causa de participar del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, pero a través del árbol del Calvario, hoy el hombre tiene el derecho y la oportunidad de disfrutar la vida eterna. Le delego responsabilidad:“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15).
        Era la responsabilidad del hombre labrar y guardar el huerto en el Edén. Cada hombre es como un querubín protector de su casa, y su vida de integridad le ayudará a desarrollar la habilidad espiritual para percibir cualquier cosa fuera de orden que se manifieste en la atmósfera espiritual de su hogar. Le dio la libertad de elegir. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17). El libro de Génesis plantea que la voluntad de Dios fue crear en un ambiente perfecto al hombre perfecto y darle allí libertad; entregándole a él y a la mujer, auténticas opciones frente a las cuales la voluntad humana podía operar.
        Aunque el hombre voluntariamente se salió del propósito divino, Dios preparo un plan que lo podríamos llamar operación retorno, para que aquellos quedaron distanciados de Él, sean acercados por medio de la Cruz de Jesús.
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        decalaracio
        La mejor manera de conocer el corazón de Dios es a través de Su Palabra. Mientras estudiamos las Escrituras, el Espíritu Santo trae revelación a nuestra vida, se encarga de abrir nuestro entendimiento, va quitando las vendas que nos cegaban a Su verdad.
        De este modo podemos saber qué es lo que Dios quiere que hagamos; a esto se refirió el proverbista cuando dijo que hallar el propósito es hallar la vida (Proverbios 8:35).
        ¿Quiénes son los que logran comprenderlo? Los que cuando reciben la Palabra de Dios no dejan pasar más tiempo sino que, con diligencia, consagran su existencia a Él para recibir el conocimiento de Su Palabra.
        Sin que tengamos que hacer alarde de ser personas honorables, el Señor se encarga de ponernos en un lugar de privilegio.
        “Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida” (Proverbios 8:19).

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