martes, septiembre 04, 2012

La voz apacible del Espíritu Santo



Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. – 1 Juan 2:27
¿Alguna vez ha notado que tiene consciencia de algunas cosas aun antes de saber lo que la Palabra de Dios dice acerca de ellas? Eso pasa porque el Espíritu Santo está en usted enseñándole la verdad. Él habla a su espíritu, y su espíritu transmite a su mente lo que el Espíritu Santo está aconsejándole. De repente, usted tiene un nuevo pensamiento: “necesito perdonar a esa persona” o “necesito dejar de decir esas cosas desagradables”.
Cuanto más consciente esté del Espíritu de Dios en su vida diaria, más dispuesto estará a obedecerle. Usted estará cultivando el hábito de dejar que el Espíritu de verdad le revele la voluntad de Dios. Créame, ese es un hábito que Dios quiere que usted tenga.
Una de las primeras cosas que el Espíritu me aconsejó, cuando empecé a escuchar sus consejos, fue que dedicara más tiempo a la oración. Seguí ese consejo y empecé a sentir la necesidad de dedicar al menos una hora diaria a la oración. Después de que empecé a hacerlo, Él me lo reveló en su Palabra (Mateo 26:40).
Desde entonces, he hablado con creyentes de todas partes del mundo que tienen el mismo sentir. Por todas partes los creyentes están siendo aconsejados por el Espíritu de Dios a orar más.
Dios no ha dado el Espíritu Santo sólo a unos cuantos cristianos especiales, sino a todos. Y si aprendemos a ser sensibles a su voz, Él nos guiará a toda la verdad.
Considere lo diferente que sería su vida si conociera la verdad de Dios respecto a toda situación. ¿No le mueve eso a querer oír siempre los consejos del Espíritu? ¿No despierta eso en usted el interés de estar al tanto de lo que Dios dice?
Empiece a afinar su oído a la voz apacible del Espíritu de Dios en usted. Hónrelo y reciba con agrado sus instrucciones para sus asuntos cotidianos. Él está bien dispuesto a hablarle; ponga atención a sus consejos y obedézcale con prontitud.

Herederos de la promesa de Dios


Herederos de la promesa de Dios


Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. – Gálatas 3:29
Uno de los problemas que siempre me acompañaba era la pobreza. Pero recuerdo el día en que decidí que ya no iba ser pobre. Estaba leyendo en la Palabra donde dice que en Cristo Jesús la bendición de Abraham ha alcanzado a los gentiles (Gálatas 3:14). Entonces llegué al versículo 29, donde dice: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”. De repente, la verdad me iluminó. Me emocioné tanto que apenas podía contenerme.
Volví a Deuteronomio 28 y leí línea por línea esas bendiciones prometidas.“Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo. Benditos serán el fruto de tu vientre, tus cosechas, las crías de tu ganado. Bendito serás en el hogar, y bendito en el camino”. ¡Hombre! ¡Me había hecho rico!
Estaba yendo a la universidad en Tulsa, Oklahoma, y vivía en una casita en la que nadie quería vivir. Pero cuando leí esas promesas en la Palabra, la luz de Cristo me alumbró. Entendí que Dios ya me había redimido de la maldición de la pobreza.
Esa tarde en mi habitación tomé la Biblia en mi mano y dije: “Quiero anunciar al Dios Todopoderoso en el cielo, a Jesucristo de Nazaret, a todos los ángeles del cielo, a todos los demonios del infierno y a cualquier otro que esté interesado en oírme, que desde este día en adelante todo lo que necesite ha sido ya suplido conforme a las riquezas en gloria de Dios en Cristo Jesús”.
Le dije al Señor: “Estoy firme en tu Palabra y en ti confío para que cuides de mí. Nunca le pediré plata a nadie”.
Eso fue hace muchos años, y nunca lo he hecho. ¿Sabe por qué? Porque esa decisión me puso en contacto con el poder de Dios, y Él hará lo mismo por usted.
28:1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
28:2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.
28:3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
28:4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
28:5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
28:6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
28:7 Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti.
28:8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
28:9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
28:10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.
28:11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar.
28:12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.
28:13 Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas