miércoles, junio 13, 2012

Expectativa por inauguración de prolongación avenida Alejandro Castro Benítez


Moderno y vistoso tramo que corresponde a la prolongación de la Av. Alejandro Castro Benítez que inaugura el Alcalde Carlos Falquez el próximo sábado 16 de junio.

Este sábado 16 de junio

Loa machaleños tienen una gran expectativa de lo que será la inauguración, el sábado 16 de junio, de la prolongación de la Avenida Alejandro Castro Benítez, desde la vía Luis Ángel León Román, hasta la Colón Tinoco Pineda, obra muy importante que descongestionará el tráfico vehicular del Sur de la ciudad y es una alternativa indiscutible de evacuación para miles de personas en caso de un evento natural como un tsunami.

El Alcalde Carlos Falquez manifestó que esta avenida se integra al desarrollo vial de la ciudad y es una respuesta al requerimiento y al derecho de los ciudadanos de contar con modernas y eficientes calles puesto que Machala ahora ya no es de rellenos ni de lastrado sino de amplias avenidas, asfaltadas, señalizadas e iluminadas.

La prolongación de la avenida Alejandro Castro Benítez tiene una extensión aproximada de 1800 metros lineales y allí se efectuaron trabajos de desbroce de maleza y monte, trazado de vía, desalojo, instalación de redes de agua potable, alcantarillado para aguas lluvias y servidas, bordillos, cunetas, sumideros, aceras, parterre, cuatro carriles de hormigón, jardinería, iluminación con postes ornamentales y cables ubicados en el subsuelo; es decir, todo un trabajo de Regeneración Urbana. También se contrató la regeneración de la avenida desde el Bosque hasta la Colón Tinoco, con trabajos de alcantarillado, agua potable, aceras, asfaltado, iluminación y señalización

Expectativa por inauguración de prolongación avenida Alejandro Castro Benítez


Moderno y vistoso tramo que corresponde a la prolongación de la Av. Alejandro Castro Benítez que inaugura el Alcalde Carlos Falquez el próximo sábado 16 de junio.

Este sábado 16 de junio

Loa machaleños tienen una gran expectativa de lo que será la inauguración, el sábado 16 de junio, de la prolongación de la Avenida Alejandro Castro Benítez, desde la vía Luis Ángel León Román, hasta la Colón Tinoco Pineda, obra muy importante que descongestionará el tráfico vehicular del Sur de la ciudad y es una alternativa indiscutible de evacuación para miles de personas en caso de un evento natural como un tsunami.

El Alcalde Carlos Falquez manifestó que esta avenida se integra al desarrollo vial de la ciudad y es una respuesta al requerimiento y al derecho de los ciudadanos de contar con modernas y eficientes calles puesto que Machala ahora ya no es de rellenos ni de lastrado sino de amplias avenidas, asfaltadas, señalizadas e iluminadas.

La prolongación de la avenida Alejandro Castro Benítez tiene una extensión aproximada de 1800 metros lineales y allí se efectuaron trabajos de desbroce de maleza y monte, trazado de vía, desalojo, instalación de redes de agua potable, alcantarillado para aguas lluvias y servidas, bordillos, cunetas, sumideros, aceras, parterre, cuatro carriles de hormigón, jardinería, iluminación con postes ornamentales y cables ubicados en el subsuelo; es decir, todo un trabajo de Regeneración Urbana. También se contrató la regeneración de la avenida desde el Bosque hasta la Colón Tinoco, con trabajos de alcantarillado, agua potable, aceras, asfaltado, iluminación y señalización.



Club Sport Emelec

@camferleonreyes 
































El ariete del Club Sport Emelec, Luciano Figueroa, dialogó con la prensa sobre lo que será el Clásico del Astillero y sus ganas de disputarlo.



Figueroa empezó diciendo que no quiere perderse el Clásico. “No quiero perderme el clásico. Soy ese tipo de jugadores que desea estar en todos los partidos y mucho más en este. En las prácticas me he cuidado, pero ante ellos (Barcelona) no lo haré; chocaré y haré todo lo que se hace en un clásico. Tengo un vendaje especial para relajar un poco la zona y seguir desinflamando. Definitivamente me pondré algo para protegerme y sentirme más seguro, pero cuando comienza el partido no hay más dolor… la adrenalina que genera un clásico hace olvidar todo”, manifestó.



Se mostró un poco fastidiado por su molestia física. “Me da mucho fastidio cuando por allí hay molestia o algún dolor por una lesión. Perdí tres días en el tratamiento, pero nunca dejé de trabajar. Físicamente me siento bien, tengo ganas de enfrentarlos nuevamente, pero es el entrenador el que decidirá si me incluye en el once abridor. Si me dice que vaya, lo haré sin poner ningún tipo de limitación, para buscar una victoria que haga feliz a nuestra barra”, expresó.



Finalmente señaló que aunque le gustaría anotar, para él la prioridad es que el equipo gane. “Claro que me gustaría anotar y a quién no, pero aquí la prioridad es que gane el equipo. Si no marco, pero Emelec gana, me sentiré muy contento”, sentenció Luciano Figueroa.





¿Vas a la moda de Dios?




Tus amigos acaban de sugerir una idea para el fin de semana. Y tú, con el mayor tacto posible, has dicho que no vas a participar. Te están mirando boquiabiertos –y, en ese segundo equivalente a ocho siglos, miras hacia el techo y te preparas para la retahíla–: “Por una vez que lo hagas, no te vas a morir”. “Sólo estaremos un rato. Volveremos a una hora prudente.” “¿Qué más da? Es algo insignificante.” “Además, ¿quién se va a enterar?”



Y, por un lado, sabes que tienen razón. No te vas a morir. No es una decisión de proporciones enormes. Sólo es una vez. Se enteraría poca gente y no sería para tanto.



Nadie es inmune a la presión de ceder en sus principios: ¿Has distorsionado la verdad alguna vez para quedar bien? ¿Tienes grabada en la mente alguna escena de una película que realmente no tenías que haber visto? ¿Has cedido ante la presión de tus amigos y has ido a algún lugar cuyo ambiente no glorifica a Cristo? ¿Te has involucrado físicamente con tu novio o novia, pasándote de la raya “un poco”?



Solemos ceder por una razón principal: Nos importa más el concepto que tiene la gente de nosotros que el concepto que tiene Dios. A ninguno nos gusta sentirnos excluidos.



Como no nos gusta admitir el temor central detrás de nuestras concesiones, sacamos unos disfraces del armario, dependiendo de la ocasión:



Capa roja de Súper Evangelista: Si digo que no, voy a parecer un bicho raro y no podré dar testimonio. Al entrar en su ambiente, se fiarán más de mí.

Bata blanca de laboratorio: Tengo que leer este libro un tanto cuestionable porque necesito saber cómo piensa un no creyente para poder evangelizar mejor.

Traje gris: Ésta es una zona gris. La Biblia no dice nada directamente en contra, así que no pasa nada si lo hago.

Gorrito de carnaval: Como cristiano, ¡soy libre! Debo demostrar que no soy legalista. Además, no es pecado divertirse.

Armadura de hojalata: El Espíritu Santo me protege y, por lo tanto, no me afecta esta concesión para nada.

Y con nuestros disfraces, vamos a la moda, según el ambiente que nos rodee.



Dios, sin embargo, tiene su propia moda. Él no quiere que bajemos el listón. ¿Podría ser que desde su punto de vista nuestras pequeñas concesiones son más grandes de lo que pensamos? La espada de su Palabra, de hecho, hace trizas el vestuario que acabamos de describir:



Capa roja de Súper Evangelista: La premisa detrás de este disfraz es que el mejor testimonio es el del camaleón: Si soy como ellos, me escucharán.

Mientras que debemos evitar ser “bichos raros” por un comportamiento verdaderamente extraño, tenemos que abrir los ojos ante una gran verdad: Ser cristiano casi siempre significa ser el bicho raro ante los ojos del mundo. Ser un cristiano caliente entre cristianos tibios también significa lo mismo: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2Ti 3:12). ¿Qué les llama más la atención a nuestros amigos, alguien que se comporta y piensa igual, o alguien que les saca de sus casillas?

Bata blanca de laboratorio: Cedemos con la excusa que para combatir el mal hay que estar familiarizados con el mal. Se utiliza a menudo para justificar ciertas películas, libros o revistas. Pero no debemos engañarnos. La Biblia dice: “Absteneos de toda especie de mal” (1Ts 5:22) y “quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal” (Ro. 16:19b).

Traje gris: Elegimos este disfraz para defender una concesión que no es “moralmente mala”. Es decir, no hay ningún versículo de la Biblia que lo prohíba específicamente; es cuestión de gustos o del nivel de sensibilidad de la persona. La pregunta clave, sin embargo, no es, “¿es esto algo malo?”, sino “¿es esto lo mejor?”. A través de las Escrituras, Dios enfatiza que quiere darnos lo mejor siempre. Si Cristo es luz, ¿por qué buscamos diversión en zonas grises?

Gorrito de carnaval: Este disfraz lo llevamos cuando queremos divertirnos y no dar apariencia de “legalista” –porque sólo una persona rígida se alarmaría ante una pequeña concesión.

Hay alguien que se encarga de propagar la idea de que seguir los deseos de Dios a rajatabla es esclavitud. Es el príncipe de este mundo, Satanás. Cuando una mujer es fiel a su prometido, sin coquetear con otros hombres, nunca pensamos en llamarla legalista. Y ella, enamorada, no piensa en la “carga” que supone ser fiel.

Armadura de hojalata: Razonamos que las concesiones no son para tanto y no nos afectan. Y si acaso hubiera algo que nos pudiera afectar, el Señor nos protegería.

Las concesiones, sin embargo, sí que nos afectan. Debilita nuestro carácter. Insensibiliza nuestra conciencia. Limita nuestras posibilidades de servicio a Dios, quien ha declarado que debemos ser fieles en lo poco para poder pasar a un mayor grado de responsabilidad (Mt 25:21).



¿Tienes alguno de estos modelos guardado en el armario? Pues, ya es hora de tirarlo: Si dejas de ceder ante la presión, no necesitarás disfrazarte. Viste a la moda de Dios y no bajes el listón ni lo más mínimo


Jesús llama a la puerta

7 maneras creativas de orar en familia

¿Qué puede hacer su familia para incorporar la oración en su vida diaria? Considere estas ingeniosas ideas de la madre y escritora Mary DeMuth.




Usen la tecnología. Vivimos en la era digital, y nuestra familia ha aprendido el valor de la tecnología para orar los unos por los otros, utilizando el correo electrónico, los mensajes de texto, e incluso los sitios de redes sociales. He enviado mis peticiones de oración por correo electrónico a mis hijos: ellos han enviado mensajes de texto con sus peticiones, y yo les he respondido con oraciones específicas. Cuando viajo, oramos juntos por teléfono. Y cuando me escriben en Facebook acerca de sus peticiones, intercedo por ellos en mi respuesta.



Desconéctense. Muchas veces, a la oración se le da una importancia secundaria, por lo saturadas que están nuestras vidas. Cree una zona segura en su casa y un período de tiempo donde se desconecten por completo de la televisión, la música, la Internet y la computadora. En ese silencioso período, anime a sus hijos a escuchar a Dios, que es el otro lado de la oración que, con frecuencia, no practicamos. Pasen tiempo, como familia, compartiendo tranquilamente sus preocupaciones, alegrías y necesidades.



Pongan las peticiones por escrito. Cuando mis hijos eran pequeños, utilizábamos una pizarra para mantener el control de las peticiones, y para ver cómo las respondía Dios. Con tiza de colores, dividía la pizarra en tres secciones: fecha, petición y respuesta. Nos turnábamos para expresar nuestras peticiones; después, cada uno anotaba la fecha y la necesidad. Cuando Dios respondía específicamente nuestras oraciones, anotábamos la fecha y la forma como había respondido. Otras ideas son escribir las peticiones en un diario de la familia, o en una sencilla libreta. Llevar un control de la actividad de Dios, no importa la forma que se adopte, fortalecerá la fe de sus hijos y profundizará la determinación de ellos de comunicarse con Él.



Tomen un nombre para orar. Cada semana (o mes), que todos tomen al azar el nombre de otro miembro de la familia. Durante el tiempo designado, ore cada uno por esa persona.



Escuche, y luego actúe. En este mundo enloquecido algo que sus hijos necesitan es que usted los escuche con atención. Deténgase, escuche y esfuércese por escuchar lo que quieren decirle. Cuando compartan sus frustraciones o preocupaciones, ore por ellos en ese momento. No se limite a prometer que va a hacerlo después.



Utilicen los altibajos como trampolín. Cada noche, durante la cena, mencionamos las cosas buenas y malas del día. ¿Por qué no dar un paso más allá en la conversación utilizando esos altibajos como un trampolín para orar después de comer? Oren por quien esté a su izquierda o a su derecha, o al otro lado de la mesa.



Visiten lugares nuevos para orar. Piensen en la posibilidad de dar una caminata en el parque de su vecindario como otra forma de desconectarse del mundo y conectarse con el corazón de Dios en oración y estudio de su Palabra.