lunes, octubre 07, 2013

DÍA 7 · EL CORRECTO DISCIPULADO - VALIENTESGUERREROS.CO

DÍA 7 · EL CORRECTO DISCIPULADO

DÍA 7 · EL CORRECTO DISCIPULADO

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“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. (Lucas 9:23)
Cualquiera puede llamarse cristiano, pero fue el mismo Jesús quien nos dio las pautas de lo que en verdad implica ser cristiano. Jesús da algunos pasos fundamentales:
Negarse a si mismo. ¿Qué tiene que ver nuestro yo con seguir a Jesús? Cuando Dios creo al hombre lo hizo a su imagen y semejanza, y así como Dios es trino, el hombre también posee tres partes: espíritu, alma y cuerpo. No obstante, el hombre vivió una rebelión interna, algo así como si el alma se hubiese puesto de acuerdo con el cuerpo para derrocar al espíritu, juntos fueron y le dieron un golpe de estado.
Por causa del pecado, sabemos que el espíritu del hombre murió, y esa es la razón por la que en el hombre predomina mas la parte de su alma, que está representada en: mente, emociones y voluntad. La vida del ser humano gira en esos tres aspectos: yo pienso, yo siento y yo quiero. Cuando Jesús viene a este mundo, rompe los esquemas del alma, porque Él es espíritu vivificante y esa parte espiritual es ilimitada, pues no está bajo el patrón de yo pienso, yo siento, yo quiero; sino que su espíritu vive conectado con el Padre celestial, y Jesús sólo puede conectarse con el lenguaje del Padre que está revelado en Su Palabra.
Satanás tuvo éxito con Adán y Eva, porque él se mueve en la esfera del alma; sin embargo, con Jesús no tuvo ningún éxito, porque Jesús vive en el espíritu. Y negarse a sí mismo, significa que debemos vivir conectados con Jesús y con Su Palabra, pues nuestro único punto de contacto con el Padre celestial es Jesús.
“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante”. (1 Corintios 15:45)
Vivir a diario la revelación de la cruz. Una de las preguntas que el Señor le hizo al pueblo de Israel fue:“¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente”. (Isaías 1:5). Esa era la condición de la raza humana. Mente y emociones afectadas que influenciaron negativamente en sus decisiones. Razón por la cual Dios tuvo que entregar a su hijo Jesús para que tomara nuestro lugar. “Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite” (Isaías 1:6).
Jesús sabía muy bien cual era su misión en esta tierra, la de morir en la cruz del calvario. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).
Al recibir la revelación de la Cruz, veremos con claridad el rostro de la maldición. Como dijo el profeta Isaías, veremos lo que nunca nos fue contado, y entenderemos lo que jamás habíamos oído (Isaías 52:15). Pero la revelación de la Cruz va un paso más allá, pues ella nos traslada hasta el mismo lugar que estuvo Jesús.
Nos permite sentir que somos uno con Cristo en el momento de su mayor agonía y dolor. El apóstol Pablo fue uno de los hombres que más se esforzó por llevar el mensaje de salvación al mundo. ¿Por qué? Porque experimentó la revelación de la Cruz. Él dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
Y eso mismo es lo que tenemos que hacer cada uno de Nosotros: Tomar tres clavos y con el primero vamos a clavar juntamente con Jesús ese ego que está dentro de nosotros y que está relacionado con yo pienso. Luego con el otro clavo vamos crucificar al yo siento; y luego haremos lo mismo con yo quiero.
Nadie podría expresar estas palabras que declaró el apóstol, a menos que lo hubiese vivido. Pablo supo del poder de Jesús viviendo en él, pero primero tuvo que experimentar la Cruz, al igual que su Maestro.
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La historia del rey Saúl es una de esas historias tristes, que tienen un buen comienzo y un mal fin. De ser un joven tímido, introvertido, paso a ser el primer rey de la nación de Israel.
El profeta Samuel derramo aceite sobre su cabeza y lo ungió, este acto significaba que contaba con el respaldo de Dios, pero también él debería ser obediente a su palabra. Su gran error fue que quito sus ojos de Dios y de su palabra, y su primer acto publico fue una completa rebelión contra Dios, y por esto Dios se aparto de él y escogió a David quien llego a ser un hombre conforme al corazón de Dios.
En 1 Samuel 16:18 encontramos algunos aspectos que caracterizaban a David:
  • Hombre de fe: Se enfrentó al gigante mas temible y lo venció.
  • Valiente: David fue uno de los más grandes guerreros del pueblo de Israel; donde quiera que iba, Dios lo prosperaba.
  • Vigoroso: Se refiere a la energía, la fuerza de conquista.
  • Hombre de guerra: No sentía temor al enfrentar al enemigo en la batalla.
  • Prudente en sus palabras: No hablaba nada negativo.
  • Jehová estaba con él: Había cultivado una relación íntima con Dios.

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DÍA 6 · FORTALECIDOS EN EL ESPÍRITU

DÍA 6 · FORTALECIDOS EN EL ESPÍRITU

DÍA 6 · FORTALECIDOS EN EL ESPÍRITU

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Sabia usted que existe una especie de águilas tan atrevidas que atacan a las focas. Clavan repentinamente sus garras en la carne de la foca, y con la fuerza de sus alas la arrastran hasta la orilla, procurando llevársela a su nido. Pero la gran mayoría de veces no obtienen éxito, pues la foca es demasiado pesada para el águila, y no pudiendo soltar ésta a su presa cuando está un poco elevada, a causa de la curvatura de sus garras, la foca es la que arrastra al águila, que se ve obligada a entrar en las aguas y se ahoga.
Algo similar le paso al adversario cuando clavó sus garras sobre Jesús pensando que podría hacer con Él lo que mejor le placiera, se encontró con la gran sorpresa que la muerte de Jesús fue la destrucción del enemigo. Después de que Jesús se hizo bautizar, fue impulsado por el espíritu al desierto para ayunar por cuarenta días, y después de que venció la tentación, Lucas dijo: “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos” (Lucas 4:14,15). Podemos ver que el poder vino sobre la vida de Jesús, después de que él venció la tentación.
Debemos entender que es el Espíritu Santo quien nos ayuda a morir a nuestros propios deseos, pues cuando tenemos control sobre ellos, es porque la fuerza del Espíritu está gobernando sobre nuestras vidas. Razón por la cual a diario debemos someter nuestros pensamientos, deseos y palabras a la voluntad de Dios. De esta manera estaremos listos para caminar en el propósito para el cual Dios nos llamó; que es la salvación de las almas. Así como un día obtuvimos la salvación de una manera gratuita, también gratuitamente debemos esforzarnos por compartir este mensaje con otras personas. Debemos invitar al Espíritu Santo a ser quien lidere nuestras vidas, la de nuestra familia y también a nuestro ministerio.
Debemos pedirle que sea quien se encargue de nuestra casa y que nos ayude a tener hogares sacerdotales. Debemos tener cuidado de hacer la obra de Dios en nuestras propias fuerzas, sino en las fuerzas de él. Pablo dijo: “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3:12-15).
El éxito del ministerio del Señor Jesús, se debió a que fue obediente en todo aquello que su Padre le había confiado; también a que hizo equipo con el Espíritu Santo y cada paso que él daba, lo hacia en armonía con él. Cuando los fariseos lo criticaban por la manera como Jesús expulsaba los demonios de los cuerpos, lo quisieron señalar de que lo hacia por obra de Belcebú príncipe de los demonios. Jesús les dijo: “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios”. (Mateo 12:28-29).
Podemos ver que la mejor manera para establecer el Reino de Dios en esta tierra, es echando fuera a satanás y esto lo podremos hacer siempre y cuando estemos llenos del Espíritu de Dios. Es el Espíritu Santo quién nos ayuda a entender y obedecer la palabra de Dios de una manera diligente. Es el Espíritu Santo quien nos unge de una gran compasión para poder llevarles el mensaje de esperanza a aquellos que están deambulando por las sendas de incertidumbre de este mundo. Jesús no solamente se esforzaba en predicar el mensaje de salvación, sino que pudo identificarse con las diferentes necesidades de la gente, razón por la cual todos los que acudían a Él encontraban un bálsamo para su alma.
El Señor no sólo los confortaba con palabras, sino que tenía la capacidad de sanarles las heridas del corazón.
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DÍA 5 · EL ARMA ATÓMICA DE DIOS -guerrerosvalientes.co

DÍA 5 · EL ARMA ATÓMICA DE DIOS

DÍA 5 · EL ARMA ATÓMICA DE DIOS

Hola apreciados hermanos en Cristo,
Gracias por responder al llamado de Dios a la intercesión y anhelar ser parte de este gran ejército que el Señor está levantando en este tiempo final para desbaratar y deshacer las obras del adversario.
Como ustedes habrán notado estamos combinando la reflexión de la guerra espiritual con parte de la enseñanza de la declaración del día. Razón por la cual estamos incluyendo la enseñanza correspondiente a ese día en video. Por favor háganos llegar sus comentarios y peticiones que son muy importantes para nosotros.
Bendiciones,
César Castellanos Domínguez
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“Sino que os habéis acercado al monte de Sión… a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”. (Hebreos 12:22, 24).
Durante mucho tiempo, al leer este versículo, pensé que la Sangre de Jesús había anulado la sangre de Abel; pues la sangre de Abel continuamente clamaba por venganza divina; mientras que la sangre de Jesús clamaba por misericordia. Pero si leemos cuidadosamente el texto, no dice que la sangre de Jesús anuló o invalido la sangre de Abel, sino que simplemente la mejoró.
En este texto Dios unió los dos derramamientos de sangre mas trascendentales; el primero y el postrero. Abel fue el primer humano en caer como víctima del odio enceguecedor de su propio hermano. Y Jesús el hijo de Dios, fue el último Adán en en caer bajo el odio enceguecedor de los líderes religiosos de su misma raza. La sangre de Abel clamó por venganza y la Sangre que Jesús derramó clamo por misericordia. Jesús como último Adán está muriendo por toda la raza humana, y no quiso dejar por fuera ni invalidar la sangre de Abel es por eso que la sangre rociada une los dos derramamientos de sangre. Y se convierte en juicio o misericordia. Jesús al referirse a la parábola del fariseo y del publicano (Lucas 18:9-14) dijo que el que se creía justo no fue justificado, mientras que el publicano si alcanzó misericordia. Juan el Bautista declaró: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
Jesús dijo: “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa” (Mateo 10:34-36).
La sangre rociada de Jesús es el arma atómica de Dios. Causa estragos en el campamento del adversario, pero a la vez siempre tiene extendido un brazo de misericordia para aquellos que tengan algo de lucidez y se quieran arrepentir. La sangre rociada de Jesús la debemos aplicar en las tres ramas de poder publico; en el ejecutivo, el legislativo y judicial, además debemos declarar lo que enseña Dios en su palabra: “Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará”. (Isaías 33:22)
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declaracion
Susana Wesley, madre de los famosos Juan y Carlos Wesley, tenía 10 reglas para educar a sus hijos:
  • Destruye el egoísmo de tus hijos y colabora en la salvación de sus almas.
  • Enséñales a orar tan pronto empiecen a hablar.
  • No les des nada que pidan a lloros, sino lo que pidan con educación.
  • No castigues las faltas que confiesan enseguida y de las que ves que se arrepienten.
  • No permitas que ningún acto pecaminoso pase sin castigo.
  • No castigues nunca a un niño dos veces por una misma falta.
  • Alienta y premia la buena conducta.
  • Fomenta el respeto por la propiedad ajena, incluso en las cosas insignificantes.
  • Cumple todas las promesas que hagas a tus hijos.
  • No obligues a trabajar a tus hijos antes de que sepan leer bien.
Susana Wesley hablaba por experiencia. Tenía 17 hijos.

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DÍA 4 · VICTORIA POR MEDIO DE LA SANGRE DE JESÚS - valientesguerreros.co

DÍA 4 · VICTORIA POR MEDIO DE LA SANGRE DE JESÚS

DÍA 4 · VICTORIA POR MEDIO DE LA SANGRE DE JESÚS

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“Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto”. (Éxodo 12:13)
430 años había permanecido la nación de Israel en Egipto, pero los egipcios los oprimieron y los convirtieron en sus esclavos, por causa del clamor de ellos Dios levantó a Moisés para que enfrentara a Faraón y de esta manera sacar a todos los israelitas de la opresión de Egipto. Aunque Faraón había visto como toda su nación había sido arrasada por el juicio de 9 plagas, su corazón permaneció endurecido.
Dios instruye a Moisés de la manera como debería preparar a su pueblo para que ninguno cayera bajo el siguiente juicio, que sería la muerte de todos los primogénitos.
La instrucción divina se convertiría posteriormente en una de las celebraciones mas importantes para la nación de Israel y fue: “La Pascua”. Cada familia debería tomar un cordero y el padre después de haber cumplido con todas las indicaciones de la manera correcta y de como se debería recoger la sangre del cordero, luego debería con ramas de hisopo pintar el dintel y los dos postes de la casa, y así deberían comer la carne asada al fuego y permanecer dentro de la casa hasta la mañana.
El Señor les había dicho: “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año”. (Éxodo 12:2).
Esto significaba un antes y un después en las vidas de ellos. Con la celebración de La Pascua la historia de Israel se partió en dos; todo su pasado en Egipto no le sería tomado en cuenta, pues entraban en una nueva faceta de sus vidas. Fue algo similar a lo que aconteció con la venida de Jesús que con su muerte y resurrección dividió la historia de la humanidad en dos.
Esto es lo mismo que sucede cuando lo aceptamos como nuestro cordero redentor y permitimos que el poder de Su Sangre nos limpie de todo pecado.
Una vez el entra a morar en nuestros corazones, nuestro pasado donde satanás nos esclavizó con vicio, avaricia, inmundicia moral y toda clase de maldades, es absolutamente borrado por la sangre de Jesús y empezamos una nueva vida donde su Espíritu Santo se encargará de dirigirnos.
El escritor a los Hebreos dijo: “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta” (Hebreos 13:12). Jesús había enseñado a Sus discípulos diciéndoles: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11).
Cuando se enfrentó a la muerte, ésta lo hirió, pero la sangre derramada por Jesús salpicó el dintel y los postes de la casa, esa casa somos nosotros los que hemos creído en Él, y por medio de Su Sangre, estaba ofreciendo protección permanente a cada uno de Sus hijos. El diablo demandaba un precio de sangre. Por eso, el primer juicio enviado por Dios a los egipcios estuvo dirigido a las altas esferas satánicas, pues Faraón vivía rodeado de ministros satánicos cuyo poder dependía de los sacrificios de sangre que ofrecían al adversario.
Aunque el ángel de la muerte fue liberado para que tocara a todos los primogénitos de Egipto, como Israel moraba en el territorio de los egipcios también estaba expuesto a que la muerte tocara a sus primogénitos.
Sin embargo, Dios puso un cerco de protección a través del sacrificio de La Pascua. Aunque esto era tan sólo un tiempo de espera de parte de Dios hasta que viniera Su Hijo. “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión”. (Hebreos 9:22)
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 “E hizo este voto, diciendo:… sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida”. (1 Samuel 1:11)
Ana acudió a la casa del Señor dispuesta a orar. Entendió que para mover la mano de Dios, no sólo debía orar sino que era necesario que su ruego estuviera acompañado de una ofrenda. Le fue revelado en ese momento que debía entregar a Dios lo que más amaba, ya que el mayor anhelo del corazón de Ana era tener un hijo varón.
Era muy grande el sacrificio de dar al Señor su única esperanza, pero al advertir que ésa, era la clase de ofrenda que agrada a Dios y que cambiaría su destino; unió la ofrenda a su oración. Hizo voto a Dios. Prometió que si le daba el anhelado hijo, se lo entregaría.
La determinación de Ana puso su plegaría en las manos de Dios. Decidió no seguir mirando las cosas que la agobiaban porque, cada vez que lo hacía, se abría la puerta a espíritus de opresión que venían a su mente para acusarla. Cuando entendió que la oración y la ofrenda son el camino hacia la victoria, experimentó total libertad y nunca más volvió a permitir la tristeza en su corazón.

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DÍA 3 · EL PODER DE LA CONFESIÓN DE LA SANGRE DE JESÚS - valientesguerreros.co

DÍA 3 · EL PODER DE LA CONFESIÓN DE LA SANGRE DE JESÚS

DÍA 3 · EL PODER DE LA CONFESIÓN DE LA SANGRE DE JESÚS

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“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero y la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (Apocalipsis 2:11).
Para que el Reino de Dios se establezca en cada ciudad y nación, es importante que los creyentes aprendamos a usar la autoridad que el Señor nos dio para confrontar los poderes adversos. No existe otra manera de vencer al enemigo si no es aplicando el poder de la Sangre de Cristo. La Sangre de Jesús ata, neutraliza y aniquila los poderes demoníacos en los aires. Es lo que doblega al dragón, a la serpiente antigua, al diablo, a Satanás. Cuando aplicamos correctamente la Sangre de Jesús, se da libertad a Miguel, príncipe de las huestes angelicales, para reprender su poder y se genera una liberación plena, conforme lo enseña Apocalipsis 12:7-10.
CONFESANDO LO QUE LA SANGRE DE JESÚS HIZO POR NOSOTROS
En el Antiguo Testamento se usaba el hisopo mojándolo en sangre y aplicándola pero, en el Nuevo Testamento, el Señor nos lleva a dar un paso más allá. El hisopo es un prototipo de la confesión que hacemos de lo que la Sangre de Jesús hizo por nosotros.
Cuando usted entrega su vida a Jesús, dice: “Señor, admito que soy pecador, me arrepiento de todo lo malo que hice; rescátame, sálvame, te entrego mi vida.” De inmediato, la Sangre de Jesús derramada en la Cruz del Calvario lava y limpia su vida. Usted debe aplicar la sangre de Jesús con el hisopo, que es su confesión, y declarar si es posible de una manera audible lo que la sangre de Jesús hizo por su vida.
PRIMERA CONFESIÓN: “POR LA SANGRE DE JESÚS HE SIDO REDIMIDO DEL PODER DEL ENEMIGO”.
En la carta que San Pablo escribe a los efesios, dice: “En quien tenemos redención por su sangre…” (Efesios 1:7a). La palabra redención o redimir significa rescatar, quitar de las manos del que cautivó nuestras vidas, esto fue lo que Jesús hizo por nosotros.
SEGUNDA CONFESIÓN: “POR LA SANGRE DE JESÚS TODOS MIS PECADOS HAN SIDO PERDONADOS”.
“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7). Una estrategia del adversario es hacernos creer que algunos pecados aún no han sido perdonados; lo hace para mantener el control de nuestra vida. Pero confesamos con la plena certeza que todos nuestros pecados ya fueron perdonados por la Sangre de Jesús, experimentamos victoria. Usted debe proclamar que por la Sangre de Jesús todos sus pecados han sido perdonados.
TERCERA CONFESIÓN: “SI ANDO EN LA LUZ, COMO ÉL ESTÁ EN LA LUZ, TENGO COMUNIÓN Y LA SANGRE DE JESUCRISTO, EL HIJO DE DIOS, ME LIMPIA DE TODO PECADO”.
“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). La Sangre de Jesús mantiene un proceso de purificación y santificación en nosotros que impide que la mancha del pecado toque nuestro corazón. Él mantendrá nuestras vestiduras limpias, conforme lo dice en Eclesiastés: “En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza” (Eclesiastés 9:8).
CUARTA CONFESIÓN: “POR LA SANGRE DE CRISTO SOY JUSTIFICADO”.
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:8-9).
Dios nos ve tan justos como si nunca hubiésemos pecado. Este concepto se amplía cuando escribe a los corintios, diciendo: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21).
QUINTA CONFESIÓN: “POR LA SANGRE DE CRISTO SOY SANTIFICADO”.
“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta” (Hebreos 13:12). Al confesar que por la Sangre de Jesús fuimos santificados, decretamos que Su carácter santo está en nosotros.
Haga de la confesión de la Sangre su estilo de vida y de oración.
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DÍA 2 · PROTEGIDOS POR SU SANGRE - valientesguerreros.co

DÍA 2 · PROTEGIDOS POR SU SANGRE

DÍA 2 · PROTEGIDOS POR SU SANGRE

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“Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo”. (Salmos 107:2).
Somos conscientes de que estamos viviendo una guerra en el mundo espiritual. San Pablo dijo: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Este pasaje nos habla de una jerarquía demoníaca que está batallando contra nosotros, compuesta por: principados, potestades, gobernadores y huestes de maldad que operan en las regiones celestes. También el Apóstol dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11). Tomemos un ejemplo de la antigüedad, el momento cuando Dios envió a Moisés para que sacara a Su pueblo de Egipto con mano fuerte y poderosa. Los egipcios endurecieron su corazón pues no querían dejar ir al pueblo de Israel y Dios envió el juicio de las diez plagas.
Antes de que viniera la última plaga, el Señor dio instrucciones específicas a Su pueblo (Éxodo 12:21,22). La instrucción que el Señor dio fue que cada padre de familia sacrificara un cordero, luego depositara su sangre en un recipiente, que tomara un hisopo (una especie de arbusto de esas regiones) y lo introdujera en el recipiente para que se mojara con la sangre del cordero.
En seguida, el padre debía rociar la sangre en los dinteles, los postes y las paredes de la casa con ese hisopo. Si el padre tomaba el recipiente y no usaba el hisopo para aplicar la sangre, este acto carecía de valor. Se necesitaba el hisopo, no podía usar otro elemento, pues el Señor dijo que debía ser con un hisopo. El salmista expresa estas cosas cuando dice: “Purifícame con hisopo y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve” (Salmos 51:7).
Así como cuando David se enfrentó a Goliat buscó cinco piedras lisas y con una de ellas mató al gigante al incrustársela en la frente, esta revelación es como esa piedra lisa; al creerla es como esa onda que confesada y proclamada es enviada con la fuerza del Espíritu y esa palabra es clavada en la frente del gigante al cual podemos derribar.
La palabra de Dios es luz que desenmascara las artimañas del enemigo, y una vez que éste queda al descubierto, la batalla es ganada en un noventa por ciento. El diez por ciento restantes es creer. Como cristianos debemos ser conscientes de que estamos enfrentados ante fuerzas espirituales de maldad, que no las vemos, pero que existen y son reales, no son seres físicos, pero gracias a Jesús, el puso en nuestras manos las armas espirituales para poderles vencer.
Lo único que el Señor nos pide hacer es aplicar la Sangre de Jesús, de la misma manera que los judíos en la antigüedad lo hicieron, cuando ellos tuvieron que celebrar la pascua.
deldia
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“Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro” (Génesis 24:12).
Una de las misiones más importantes que encargó Abraham a su criado Eliezer fue ir a la casa paterna de su amo y hallar esposa para su hijo Isaac; además le hizo jurar que no permitiría que se casara con una mujer extranjera. Eliezer fue cuidadoso en cumplir lo que le habían confiado y emprendió el viaje con la plena certeza de no regresar con las manos vacías. Salió equipado con regalos muy selectos, preparados para la joven que Dios hubiera escogido.
Cuando ya se encontraba en el lugar correcto, oró para que Dios prosperara su camino y para saber cuál sería la persona indicada pidió algunas señales. Todo se cumplió en la vida de Rebeca.
Tal como Eliezer se lo había propuesto, regresó con la doncella para presentarla a Isaac quien la amó desde el primer instante en que la vio.
Cuando Dios escoge por nosotros, se mantendrá la pureza del amor; si somos nosotros los que escogemos sin Él, nos exponemos a vivir una relación pasajera.

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