jueves, enero 12, 2012

El poder de los pequeños esfuerzos

"Trazar metas es algo relativamente fácil, la parte más difícil se encuentra en la lucha diaria"
Quisiera compartir contigo un principio que te ayudara a alcanzar un máximo nivel de calidad en todo lo que emprendas y de esta manera construirás para ti un futuro poderoso.
Las empresas japonesas utilizan desde hace tiempo esta técnica para alcanzar sus metas empresariales y seguir superándose. Si estas familiarizado con la supremacía empresarial japonesa, tal vez te sorprenda saber que antes de la segunda guerr a mundial, muchas de sus empresas estaban mal dirigidas, poseían prácticas de gestión ineficaces y también había una baja moral entre los empleados, pero luego de la guerra, las empresas se encontraban sin recursos y con un país devastado.
Para superar estas graves limitaciones, los empresarios, en vez de abogar por cambios radicales e innovadores para producir los resultados esperados, les instaban a los supervisores a buscar los centenares de "pequeñas cosas" que eran necesarias modificar, e ir corrigiéndolas de a poco, no intentaban planear una remodelación completa de la plantilla de trabajadores, ni una renovación total del equipamiento, no había tiempo ni recursos para tareas de tal envergadura, buscaban mejorar en los trabajos que ya existían y conservaban el equipamiento actual.
Como seguramente sabes, las compañías japonesas que se reconstruyeron bajo estos principios de mejoras pequeñas y constantes, pronto alcanzaron gran nivel de rendimiento, producción y calidad, transformándose así en un icono de excelencia.
La clave está en "el poder de los pequeños esfuerzos". .." Pequeños esfuerzos realizados en forma constante producen grandes resultados"
La clave del éxito en la vida es fijarse metas y luego luchar con todas nuestras fuerzas para poder alcanzarlas. Seguramente tienes metas que planeas alcanzar, a corto mediano y largo plazo, metas a nivel económico, familiar, espiritual, personal, etc.
Trazar metas es algo relativamente fácil, la parte más difícil se encuentra en la lucha diaria, cuando nos ponemos en acción y tratamos de concretarlas, es ahí donde muchos bajan sus brazos y se rinden sobrepasados ante los desafíos que tienen por delante. La idea de tener que hacer grandes cambios nos inmoviliza. Nos preguntamos "... ¿cómo hare para alcanzar mis objetivos, son demasiado altos, necesitaré hacer un gran esfuerzo, de donde sacare la energía necesaria para terminar y concretar mis sueños?, al no encontrar una respuesta favorable nos quedamos estancados, la mayor parte del tiempo, en la cómoda rutina.
La clave para lograr un gran cambio está en llevar a cabo los pequeños, esto es algo que tiene que ver con la inercia (la tendencia de los cuerpos en reposo o en movimiento a mantener su estado). Si caes en la inactividad y esperas que los cambios se produzcan por si solos, a menos que haya algún tipo de intervención divina, las cosas seguirán de la misma manera, ya que no es posible quebrar la ley de la inercia, pero si haces un pequeño movimiento hacia tu objetivo, el impulso de ese primer paso te activara y pronto estarás haciendo cambios significativos.
Miremos por un instante como trabaja también este principio en las cosas negativas de nuestra vida.
1Corintios 5:6 "...un poco de levadura leuda toda la masa..." proverbios 6:10-11 "...un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo, así vendrá tu necesidad como caminante y tu pobreza como hombre armado..."
En la primera referencia bíblica el problema radica en permitir que pequeñas ideas, conceptos o doctrinas erróneas tengan lugar en nuestros pensamientos, lo cual producirá con el paso del tiempo un crecimiento descontrolado de falsas apreciaciones.
En el segundo ejemplo habla por sí mismo. Cuando un emprendimiento fracasa, un matrimonio se destruye, un cristiano le da las espaldas a Dios, pensamos que la causa de dicho fracaso radica en un hecho puntual y especifico, sin embargo, la causa, muchas veces se debe a la suma de pequeños factores, al parecer sin importancia, pero que van empujando lentamente y lanzan a las personas hacia un abismo de fracaso y dolor.
No subestimes el poder de las cosas pequeñas, tanto en lo negativo como en lo positivo.
Imagina que quieres ahorrar una cierta suma de dinero, o quieres escribir un libro, o tal vez, componer una canción, empezar una dieta, establecer una relación...este principio te puede ayudar.
Pequeñas acciones, realizadas en forma continua, te ayudaran a alcanzar tus sueños.
Alguien dijo que: "...cinco minutos más, hacen la diferencia entre un aficionado y un Profesional...".
Cinco minutos más con tu conyugue...
Cinco minutos más con tus hijos...
Cinco minutos más con Dios...
Cinco minutos más en tu sueño...
Ahorrar unos pesos por día, escribir solo algunas líneas de tu artículo, colocarle título a tu canción, ingerir algunas calorías menos, caminar unos pasos más, hacer esa simple llamada telefónica o escribir un mensaje preguntando
"¿cómo estás?"..., una sonrisa, una pequeña oración, decir: “gracias", "te amo", "te extraño" "eres importante para mí" "perdóname".
RECUERDA, SON PEQUEÑAS ACCIONES QUE REALIZADAS EN FORMA CONSTANTE PUEDEN HACER UNA GRAN DIFERENCIA EN TU VIDA.

Pasos para llegar a la cima..!!!

"Muchos no salen de la cueva (su problema) porque dejaron de confiar en su sueño."

En esta ocasión, tomaremos como parámetro de análisis la vida del bíblico Rey David. Veremos como hizo para superar diferentes etapas hasta llegar a la cima y convertirse no sólo en Rey, sino en un personaje recordado y admirado, incluso en nuestros días.


En este análisis, tomamos un enfoque espiritual, porque muchas veces las conquistas se tienen que dar en lo espiritual para que luego se hagan realidad en lo natural.

David fue el rey más grande de Israel, gobernó durante cuarenta años atravesando cuatro lugares geográficos, donde vivió distintas experiencias, situaciones similares por las que hemos pasado o pasaremos. Estos lugares geográficos representan situaciones comunes a todos aquellos que buscan alcanzar un sueño.

David aparece en una cueva, en Adulán, otra ciudad, donde estaba solo, con cuatrocientos endeudados, y después vinieron 200 más.

Todos pasaremos por estas cuatro fases: tendremos poco, por la prueba, por la bendición y llegaremos a la conquista.

El famoso experto internacional de Marketing, Seth Godin, menciona estas mismas cuatro etapas, y a la etapa de la cueva la llama el desierto o abismo. Sólo los que superan el desierto logran alcanzar la meta, y el abismo es una etapa común que atravesaron todos aquellos que alcanzaron sus más altos sueños.

Hay principios para llegar a la cima y alcanzar nuestros sueños.

1º Ser constante.

Debes ser constante.

El bíblico José tuvo un sueño y lo tiraron al pozo. Después fue sirviente, de sirviente fue a la cárcel y de allí, pasó a ser ministro de economía. Si cuando lo tiraron al pozo, José no hubiese confiado en sus sueños, ¿qué le habría pasado? Se hubiese muerto. Pero siguió confiando en sus sueños en cada etapa y llegó a la cima del sueño.

Nadie conoce exactamente todo el futuro, cada uno lo descubre progresivamente. A medida que le buscamos, el futuro nos llega paso a paso. "De gloria en gloria, de triunfo en triunfo", es una progresión.

"La buena tierra produce al treinta, al sesenta, y al cien," dijo Jesús.

Muchos no salen de la cueva (su problema) porque dejaron de confiar en su sueño. Ser constante, es presente continuo, un verbo que se mantiene constante en el tiempo.

¿Cuándo? Ahora, mañana, cuando te levantes, cuando salgas, cuando llegues a tu trabajo y te mantengas constante diciendo: "Llegaré a mi sueño".

Siendo inconstantes no entraremos al próximo nivel, y muchas veces no salimos de los problemas porque somos inconstantes. Rompe todo emocionalismo y las excusas, declara: "no me quedaré en la cueva, me comprometo; no me quedaré solamente en la bendición, quiero llegar a conquistar mi sueño y ser bendición".

Lo natural es como lo espiritual. Por ejemplo, vamos a la escuela, cursamos el primario, si nos mantenemos estudiando iremos al secundario, luego a la universidad y, haremos los post grados después de recibirnos, si fuimos constantes. Si la constancia en lo natural nos lleva a la cima, en lo espiritual es igual.

Confía en tus sueños y esa fe te llevará al lugar de bendición.
La gente no tiene problemas cuando les dices que crees en Dios, pero si les dices que todos los jueves, y los sábados vas a la iglesia ¡se vuelven locos!, y te dicen: "¿Qué? ¡Ahí te lavaron la cabeza!"

A nadie le resulta raro ir todos los sábados al club, o a bailar o a distraerse, pero si se ponen como si estuviesen viendo un alien cuando decimos que vamos a la iglesia.

Es que en el mundo espiritual se sabe que, si eres constante, entrarás a un nivel superior. Lo espiritual maneja lo natural, por eso, la batalla se libra primero en lo espiritual.

2 Libertad

En Roma, Jesús quebró políticamente tres culturas: la judía, la romana y la griega; le movió los negocios a los políticos y al sistema religioso de las más grandes culturas, por eso lo mataron.

• Por un motivo religioso (para los judíos)
• Por un motivo político (para romanos y griegos)
• Y por el pecado (de todos nosotros).

Cuando la meta es "ser grande", buscar aplausos, posición, reconocimiento, serás un esclavo de la gente que te manipulará porque equivocaste el objetivo, quisiste ser grande, buscaste un título, una chapa.

Hay gente que se dedicó a sus hijos, trabajó por la familia y hoy están amargados, resentidos, porque, el que quiera ser grande y busque reconocimiento terminará siendo sirviente de los demás, porque el que busca primero los aplausos, al final terminará sirviendo, pero el que comienza sirviendo, al final terminará gobernando.

"El que es grande, sirve".

Son dos cosas distintas el buscar el aplauso y que el aplauso te encuentre.
No busques un título, realiza el objetivo para el que naciste, no busques reconocimiento, cumple tu meta y alcanzarás tu sueño. Y cuando persigas tu sueño, la grandeza te encontrará, el aplauso aparecerá, te darán el amor porque no buscaste, grandeza. Como tu meta no es el aplauso sino hacer el sueño que está en tu corazón, eres grande y puedes servir.

Tu objetivo no es la fama sino que tu objetivo son tu visión y tu misión. Tu objetivo no son los aplausos sino alcanzar el sueño de tu corazón. Ahora bien, es muy probable que el reconocimiento venga cuando alcances tu visión y tu misión y tu sueño sea realizado.

En la Biblia (Jueces 9: 8-15) hay una parábola sobre los árboles que buscaban un rey. Ningún árbol aceptó porque no querían dejar de dar los frutos para lo cual fueron creados.

La higuera, la vid, el olivo no buscaban aplausos, sólo querían dar sus frutos: aceite, uvas, vino, higos. Le ofrecieron a la zarza el reinado, "total, no estaba para nada".
Naciste para hacer y alcanzar algo.

Qué hacemos cuando tenemos miedo: "Me acurruco" (porque la psicología dice que cuando tenemos miedo, buscamos la posición fetal queriendo ser protegidos, o cuando tenemos frío, nos tapamos hacia arriba. Dicen los psicólogos que todos queremos volver a la panza de mamá, por eso nos gusta tanto ir a la pileta, porque es como volver a nadar en el líquido amniótico.)

"Eso es en lo natural, pero en lo espiritual deseas volver al vientre porque ahí es donde te di los sueños".

No persigas la fama sino el sueño de tu vida, y los aplausos y el reconocimiento aparecerán junto con ellos.

Si vuelves a acurrucarte, en tu interior oirás: "Cuando vuelvas al origen, al momento en que soplé mi sueño en ti y hagas lo que te llamé a hacer, dirás como el más grande: 'He acabado la carrera, he guardado la fe'".

Constancia, libertad, perseguir el sueño, y celebraremos la victoria de nuestros sueños.

La unción en la Biblia se compara al aceite y al vino, que se extrae de las aceitunas y las uvas (fruto del olivo y la vid).

La unción viene del fruto, el fruto es tu servicio, gasta la unción que está en tu servicio.

Dejas de buscar el aplauso, los "títulos" y llegarás a la cima, desde donde tomarás más cimas.

En la cima no hay montañas para escalar, cuando llegas a la cima ya no bajas más, las conquistas son de cima a cima.