viernes, febrero 17, 2012

vuelve al Primer Amor

Nuestro Padre merece tiempo y dedicación. Nunca te canses de agradecer sus bendiciones y atenderle como se merece.
Servicio y unción
Muchas veces tenemos una actitud incorrecta cuando trabajamos. Si ya nos pagan por lo que hacemos, ¿por qué siempre esperamos que nos agradezcan? Esto es realmente un problema social. Actuamos mal si en nuestro trabajo, además de llegar tarde, salir temprano y recibir un pago, queremos escuchar palabras de agradecimiento por nuestro esfuerzo. Intentemos mejorar la cultura laboral. Los subordinados pensemos en nuestros jefes y los jefes piensen en sus trabajadores.
Actualmente se habla de una crisis económica muy grande. Es seguro que las empresas empezarán a despedir a los menos eficientes. Hay que trabajar cada día mejor para ser los últimos en esa lista de despidos. Los cristianos esforzados seremos testigos de las promesas del Señor, porque se cumplirá la Palabra que dice: “no he visto justo desamparado ni a su cimiente que mendigue el pan”. Una situación financiera difícil pone a prueba nuestra fe. No pongas tus ojos en el sistema económico del mundo. Enfócate en el sistema económico de bondad y generosidad del Señor.
Mejora tu calidad de servicio. Piensa en tus clientes y además en tus jefes y superiores. Y lo más importante, no te olvides de atender al Señor Jesús como se merece. Sin importar cuánto trabajo hagas por el Reino, nunca dejes de atender al Rey. Obedece las órdenes, pero también atiende a quien te las manda.
Recuerda que el siervo tiene la oportunidad de comer de la misma comida del amo, solamente si le atiende y espera que termine de cenar. Cada vez que atendemos, adoramos y bendecimos, recibimos el mismo trato.
En el libro del Éxodo dice que el Señor envió a Moisés a que el pueblo recolectara las especies que servirían para obtener el aceite con el cual serían ungidos. Todos queremos ser ungidos, pero primero debemos fabricar el aceite que Dios utilizará para ello. El amor que cosechamos sale del amor que sembramos.
Expresiones de amor
En Apocalipsis 2:2-5 leemos: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Debes expresar el amor con obras y con gestos de afecto. Sirve arduamente al Señor y trabaja sin descanso por Su obra, pero también dale tiempo de adoración. Alábalo, exprésale el amor y agradecimiento que te inspira, sin dejar de trabajar en el ministerio. Encuentra el balance entre tu tiempo de servicio y atención al Señor.
Cinco formas de atender al Señor
La primera forma eficaz de atender al Señor está en Juan 4:23: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Todo adorador corre el bendito riesgo de ser encontrado por Dios. Él no busca quien quiere adorarle, busca a quienes ya le adoran. Por cansado que termines el día, cíñete, levanta tus manos al Señor y adórale. Si Dios te ha bautizado en el Espíritu Santo y te ha regalado sus dones, úsalos para alabarlo. Aunque no sepas cantar o tocar un instrumento musical, ayúdate con la tecnología. Yo desafino hasta los timbres que toco, así que siempre llevo un reproductor de música que haga de mi alabanza algo grato al Señor. Atenderlo me mantiene fresco y listo para trabar en Su obra. Dale un tiempo especial para que tu mente y sentidos se concentren en Él y te renueve. Más allá del tiempo, lo importante es la dedicación con la que lo hagas. Si vas de regreso a casa en tu automóvil y estarás mucho tiempo en el tráfico, puedes poner música de adoración y darle esos momentos sin interrupciones, concentrado y sin responder el celular. Puedes también aprovechar cualquier momento de soledad para buscarle y adorarle en intimidad.
Mucha gente me pregunta cuánto tiempo oro, pero nunca respondo. Se equivocan al pensar que es el tiempo lo que hace poderosa la oración y no Dios a quien se ora. Es como preguntar de cuántos minutos debe ser un beso para la esposa. La Biblia dice: “la oración eficaz del justo puede mucho”. No “la oración extensa puede mucho”. Cuando aprendes a orar con eficacia y calidad la cantidad deja de importarte y te conviertes en un adorador de corazón.
La segunda forma de atender a Dios la encontramos en 1ra. Tesalonicenses 5:18: Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Si vives agradecido por la oportunidad que tienes de trabajar, dejas de protestar por la tarea que te asignan. Protestar no es expresión de agradecimiento. Debes agradecer en todo momento, incluso en las situaciones desagradables. Cuando experimento dificultades, me quebranto, sufro y también doy gracias, pero nunca reniego o cuestiono la voluntad divina, porque estoy convencido que todas las cosas obran a bien para quienes aman al Señor. Agradece siempre con todo el corazón, por tu trabajo, por tu sueldo y tu familia. Con Sonia siempre damos gracias juntos. Al final del día y después de adorar cada quien al Señor, nos abrazamos y agradecemos por todas las bendiciones recibidas, luego pedimos perdón por las ofensas que hayamos cometido. Esta costumbre ha fortalecido mucho muestro matrimonio.
Ve donde tus hijos, abrázalos y dale gracias a Dios por su vida, asegúrate que ellos escuchen y sientan tu agradecimiento por tenerlos junto a ti.
La tercera forma de atender al Señor nos la revela David en Salmos 4:8: En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Es impresionante pero esta frase la dijo David en medio de una guerra. Si él fue capaz de dormir confiado en una situación así, también nosotros podemos hacerlo. Vive y duerme tranquilo porque Dios está contigo. La confianza es un arma poderosa contra Satanás. Tiger Woods, el mejor jugador de golf del mundo, demuestra su confianza antes de cada torneo. A diferencia de los otros jugadores, no utiliza un molde para marcar la línea recta en su pelota que le ayudará a alinear el putt.
Simplemente toma la pelota y a mano traza la línea. Así demuestra que tiene seguridad en sí mismo y no le tiembla el pulso. Cuando Satanás esté frente a ti, haz lo mismo, demuéstrale tu confianza y huirá. Para ganar un partido de basketball en el último momento, el entrenador envía al encestador con más sangre fría, porque sabe que la confianza que tiene lo hace capaz de soportar la presión y encestar en el segundo preciso. En la vida ganan los confiando. Repite una y otra vez: “En Cristo Jesús todo lo puedo, todo lo puedo en Cristo Jesús”.
El cuarto consejo sobre cómo atender a Dios nos lo da Efesios 4:26-27 : Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Dormir enojado le abre las puertas al diablo. Si tienes costumbre de terminar el día lleno de rencores y mal humor, no te quejes por la opresión diabólica. La Biblia es clara, puedes enojarte pero no pecar por ello. Nunca tomes decisiones enojado. Decir que no dormirás molesto no significa que no dormirás, significa que buscarás la paz antes de dormir. Deja de lado tu enojo y descansa en el Señor.
Finalmente, el quinto consejo lo encontramos en Lucas 2:49: Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
Esto lo dijo Jesús cuando tenía doce años. Tenía muy clara su visión de la vida. Imítalo, revisa la visión de tu vida. Jamás te acuestes sin proponerte servir al Señor al día siguiente y pedir fuerzas para ello. Es necesario atender los negocios de nuestro Padre. Atiéndelo a Él y también a su Reino. Obedece Sus mandatos pero no te olvides de atender a quien te los dio.
Agradece a Dios todo su amor y Palabra. Atiéndele como se merece.

No mires atrás

Dios comienza siempre con el final. Si sabes definir el final, sabes por dónde comenzar. Si no defines lo que quieres, no sabes por dónde comenzar.
Si las cosas en el pasado estuvieron mal, ¿para qué volteas a ver atrás? ¿Cuánto tiempo más vas a pasar quejándote de que tus padres se divorciaron? Sal adelante en la vida, eso ya pasó. ¿Para qué ir al pasado? No puedes regresar al pasado, sólo puedes avanzar al futuro. Dios te da vida para avanzar. En el pasado sólo hay recuerdos ¿Qué puedes hacer en el pasado? Nada. La Biblia dice que la gloria postrera será mejor que la primera. No se sueña con el pasado, sólo se puede soñar con el futuro. Hay otras personas que no quieren que el futuro avance, no quieren llegar a ser viejitos, pero ¿por qué no? Pide llegar bien bendecido y los nietos estarán siempre en tu casa.
Dice la Palabra: “Para que vayan adelante”. Pero ellos se fueron para atrás. Cuando no obedeces a Dios, sigues caminando, pero no sabes hacia donde. Si no obedeces y te pones a adulterar y piensas que vas para adelante porque tienes dos o tres mujeres, vas para atrás. Mira la dirección que tomas y te darás cuenta que vas para atrás.
Si obedeces a Dios, aunque parezca que todo va mal, sigue obedeciendo. Si es necesario llegar al punto de quedarte sin dinero, sigue obedeciendo, porque tal vez ese es el punto en que Dios te va a levantar grandemente. Dios no deja sin bendición a los que le obedecen.
La Biblia dice que quites al impío y podrás gobernar. Si hay gente haciendo algo malo en tu trabajo, despídelo, aunque sea el mejor que tengas, tú vas rumbo a tu bendición. No podemos retroceder, no podemos volver la vista atrás, la Biblia dice que no somos de los que retroceden.
En Números 14:1-4 dice: “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto! O en este desierto, ¡ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvamos a Egipto”.
Pon atención al proceso. Cuando la gente es negativa, primero comienza hablando mal de las cosas, después empieza a hablar mal de la gente, empieza hablar mal hasta de Dios, y por último piensa con quién hacer lo malo. Siempre que una persona quiere hacer lo malo, empieza a buscar quién lo acompañe. El que hace lo malo siempre busca socios, porque él mismo sabe que es malo y se siente mal haciéndolo y necesita alguien para que se animen mutuamente. Quien anda mujereando, siempre anda buscando quién mujeree con él; igual los que beben licor, buscan quién lo haga con ellos y a pesar de que saben que está mal y es feo, se dicen el uno al otro que está bueno. Igual estos, primero hablaron mal de la situación, después hablaron mal de sus líderes, siguieron hablando mal de Dios, y después dijeron “busquemos un líder y nos regresamos mejor”.
A las personas generalmente les dan ganas de regresar porque no quieren enfrentar el desafío que tienen por delante. Pero el hecho que te dé miedo, no justifica que vuelvas atrás, lo que justifica es que sigas adelante.
Esta gente quería regresar a pesar de haber llegado a la frontera de la tierra prometida. El pueblo estaba dividido por el liderazgo, había quienes decían que avanzaran, como Josué y Caleb; y otros que decían que regresaran. Sin embargo, ya habían visto la bendición, ya habían traído un racimo de uvas entre dos personas. Pero los negativos dijeron que en la tierra prometida moraban gigantes y que la tierra traga a sus moradores. El negativo es mentiroso, la gente negativa se inventa mentiras para poderse esconderse detrás de ellas. ¿Cuántas has inventado alguna vez cuando tu mente y tu actitud son negativas? Piensa por un momento negativo en el pasado, ¿estabas caminando o tus sentimientos te jugaron una trampa? Cuando la actitud es negativa, uno empieza a ver gigantes donde no los hay. Te imaginas a la tierra tragándose a la gente. Nadie traga al negativo, ni la tierra. Pero entonces, los negativos no sólo ven mal la situación, sino la tierra, y encima de eso, ellos mismos dicen: “Y nos vimos a nosotros como langostas”. El negativo no sólo ve mal las cosas, sino que se empieza a verse mal él mismo.
En una ocasión, cuando jugaba Voleibol, íbamos perdiendo y nuestro entrenador nos hacía preguntas normales, como: ¿Cuántas manos tienen ellos? Nosotros contestábamos que dos. Después nos preguntaba: ¿Cuántas manos tienen ustedes? La respuesta era la misma. Lo que estaba haciendo era mostrarnos que nuestro oponente no era más poderoso que nosotros.
No le des lugar al diablo, ¿quién dijo que él es grande? ¿Quién dijo que él es todopoderoso? Ni siquiera es omnipresente, no puede estar molestando en dos lugares al mismo tiempo. El omnipotente, el omnipresente y omnisciente es Dios, y Él está con nosotros hasta el fin de nuestros días, en Él tenemos que poner nuestro caminar.
Ellos debían decidir si miraban a los gigantes o a Dios, si miraban al enemigo, o miraban a Dios aderezando mesa en presencia de sus enemigos. Si mantienes una actitud positiva, vas a correr tras las promesas de Dios y vas a sacar a luz algo a lo que yo llamo la santa terquedad, y es no descansar hasta conseguir que Dios te bendiga.
Cuando la gente le pide algo a Dios y no lo recibe rápido, concluye que no es de Dios, y cuándo le preguntas si le creyó a Dios por años, te responden que 15 días. ¿Por qué le echas a Dios la culpa de tu flaqueza? Dios es el que te da la fuerza para salir adelante. Bendito Dios por el país en que vivimos y la economía con que vivimos, nos ha hecho fuertes y nos da la fe para creerle.

Dante Gebel Live - 2012 Cielos Abiertos

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