viernes, septiembre 20, 2013

TE RUEGO - devocionalaviva.com

 
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VERSO DEL DÍA

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. – 1 Pedro 2:9
 
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PARA REFLEXIONAR

Te ruego…

Todas las noches antes de acostarse mi hermanito Matías ve un capitulo de un show donde muestran la vida de grandes personajes de la Biblia. La otra noche me senté con él a ver y estaban mostrando toda la vida de Jonás. Creo que estaba más emocionada yo de ver el programa que Matías, pues cuando le miré por un instante estaba completamente dormido. Creo que ya todos conocemos la historia, Jonás es enviado por Dios a dar su mensaje de juicio a la ciudad de Nínive, si se arrepienten el Señor extendería su misericordia; pero por el trasfondo historial entre el pueblo de Israel con el pueblo de Nínive, Jonás no estaba dispuesto a ir. Piensa que no merecen la misericordia de Dios, entonces ¿Qué decide hacer? Trata de huir de su llamado.
Dios lo llamó a interceder por un pueblo que él no amaba y para el cual no tenia ninguna disposición de ayudar. Jonás decide cruzar al otro lado, toma un barco pero el Señor manda una terrible tormenta para ver si reacciona de alguna manera. Al ver los del barco que fue por Jonás que les sobrevino todo esto no tuvieron otra opción sino arrojarlo en alta mar.
Es ahí cuando se encuentra con un gran pez y termina en su vientre. Me parece increíble como Dios obra para que obedezcamos a su llamado, mueve el cielo y la tierra para que escuchemos su voz. Dios creó las circunstancias para que Jonás se volviera a él, le dio oportunidad de clamar, y él la tomó. “Invoque en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste” (Jonás 2:2)
Elevó una oración de ruego: “mi oración llego hasta ti en tu santo templo…” Esa oración vino en un momento de incomodidad, Dios tuvo que incomodar a Jonás para que se diera cuenta que la solución no estaba en huir del llamado, sino en clamar y obedecer. Lo incomodo el mismo Señor, para que así Jonás naciera a esa oración de ruego.
Cuando sentimos que todo marcha bien y nos conformamos con lo que tenemos, nuestra oración puede caer en una simple oración sin sabor. Al ser incomodado, regreso el clamor, el ruego y ahora si estaba preparado para cumplir el llamado de Dios. ¿Qué fue lo que sucedió con Nehemías? Algo muy similar. Siendo el copero del Rey, Nehemías tenía una posición bastante importante. A muchos se les viene a la mente que el copero del Rey era por decir un mesero, pero están muy equivocados. Nehemías era como el guardaespaldas personal del Rey, el encargado de que ninguna comida estuviera envenenada. Nehemías protegía al Rey pero nunca llegaron a pensar ¿Quién protegía a Nehemías? Ja ja ja nadie, si moría, el rey viviría.
Podemos decir que Nehemías tenía todo lo que necesitaba y su vida era bastante cómoda. Es ahí cuando Dios lo tiene que incomodar. Le envía un mensaje: “El remanente, lo que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego”. (Nehemías 1:3) Dios uso a Hananí para incomodarlo con la situación. El Señor siempre usa diferentes circunstancias para que nosotros despertemos a la oración. “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos” (V:4) Entendió el principio de la oración, el corazón contrito y humillado fue a lo que acudió. ¿Qué creen que hizo Jonás por 3 días en el vientre del pez? Estoy seguro que se unió a Nehemías con corazón contrito y humillado, comprendiendo que solo Dios tiene el poder de restaurar lo que está quebrado.
Al estar en la presencia de Dios con esta actitud es que Nehemías levanta su voz y dice “Te ruego, oh Jehová…” Nació a la oración cuando aprendió a humillarse delante de Dios. Dejo que el mismo Dios pusiera sus palabras en su boca y se convirtiera en la oración que marcaría el rumbo de su ciudad.
La palabra lo dice “la oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16) ¿Cuál es esa oración eficaz sino es la oración con clamor? El siguiente verso del mismo capitulo de Santiago revela el secreto del ministerio del gran profeta Elías.
El escritor lo dice: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente…” Esta fue una oración que marcó la historia de todo el pueblo de Israel, una oración hecha por un hombre semejante a cada uno de nosotros, con diferentes luchas y presiones pero que entendió lo que es orar FERVIENTEMENTE y con pasión.
Esto es lo que nos llevará a clamar y rogar hasta que veamos la respuesta. Hoy debes creer que al igual que Nehemías tu eres ese justo del cual habla la palabra, tu eres el escogido para que con tu oración cambies el rumbo de esta generación.


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