viernes, septiembre 20, 2013

Si quieres, lo tendrás


 
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VERSO DEL DÍA

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma””. – 3 Juan 1:2
 
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PARA REFLEXIONAR

Si quieres, lo tendrás

La pregunta es ¿En realidad lo quieres? ¿Quieres lo mejor de Dios? Si uno quiere algo, lucha por eso, no mira las imposibilidades, no ve el “no se puede’ pues en lo profundo del corazón existe una determinación por alcanzar lo que se anhela.
En el mundo cada persona quiere algo, son pocos los que luchan por ello y lo alcanzan. Por más que la gente desee algo nada se comparará a querer lo que Dios ofrece. Su palabra dice en Jeremías 20:11 “Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, declara el SEÑOR planes de bien y no de mal, para darles un futuro y una esperanza”. Nunca olvides que Dios quiere darte siempre lo mejor.
Si recordamos cuando el Señor creó los cielos y la tierra, hizo lo mejor, creó el paraíso y ¿Todo esto para quién fue hecho? Para el hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios. Todo el dominio sobre el paraíso el Señor se lo dio al hombre, pues esto es lo que él anhela darle a sus hijos. Como familia siempre mis padres nos han enseñado que el plan de Dios para con nosotros es de bien y no de mal, un verso que todos nos aprendimos fue 3 Juan 1:2, hasta mis sobrinas y Matías ya lo saben, es su versículo preferido pues lo dicen todos los días. Dice así: “Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud así como prospera tu alma”. Lo mejor de Dios ya está para todos, el problema es que muchos no lo quieren, lo desprecian y prefieren su propio sueño.
¿Qué sucedió con Saúl? Fue el escogido por Dios para ser el primer Rey de su pueblo, Israel. ¿Será que Dios quería lo mejor para Saúl? Por supuesto que si. Fue por esto que lo eligió, porque era de gran estima ante sus ojos y le dio un lugar de autoridad. Saúl tuvo lo mejor de Dios, pero lo perdió porque no lo quiso. Sus palabras decían que lo quería pero sus acciones demostraban lo contrario. En 1 Samuel 15 la palabra muestra el corazón de Saúl, había tenido victoria tras victoria en su reinado y cuando todo andaba marchando, amaba al Señor con todas sus fuerzas. Sin embargo, en el momento que tuvo que escoger entre lo que Dios le mandaba o lo que él quería tomó su propia decisión. ¿Cuál fue su elección? Sencillamente no quería lo mejor de Dios, solo le importaba el día a día y no el futuro que el Señor tenía preparado para él. Lo perdió todo en un momento.
Existe una diferencia entre querer lo que Dios da, y querer lo mejor de Dios. Cuando el profeta Samuel confrontó al rey Saúl, le dio la oportunidad de arrepentimiento, no obstante su respuesta fue: “Yo he pecado; (un arrepentimiento superficial) pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios” (1 Samuel 15:30). Le preocupaba mas lo que la gente llegará a pensar que realmente lo que Dios opinará de él.
Me parece muy interesante cuando afirma: “para que adore a Jehová tu Dios”. Saúl no veía al Señor como su Dios, solo quería lo que él le podía ofrecer y no la esencia del mismo Dios.
Cuando lo queremos a Él recibiremos los derechos de hijo, recuerda siempre que el hijo es heredero.
¿Cuál fue la diferencia con David? David al igual que Saúl, fue amado y escogido, sin embargo en lo profundo de su ser amaba a Dios. La palabra lo llama como “un hombre conforme al corazón de Dios”. Un hombre que no quería lo que Dios ofrecía, lo quería por su esencia. Ambos, Saúl y David, pecaron, no fue que el pecado de Saúl haya sido mas grande, porque pecado grande o pequeño no existe, son igualmente pecado delante de Dios.
Al ser confrontado David con su pecado se vio lo que verdaderamente había en su corazón. Se postró delante de Dios con corazón contrito y humillado por haber fallado, demostrando un genuino arrepentimiento. Fue totalmente claro que su más grande tesoro era el estar en la casa de su Dios.
Así lo expresa en el Salmo 27:4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mis vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”. Él si quería lo mejor de Dios. Dedicó su vida entera a buscar el rostro de Dios y esto agrado tanto el corazón del Padre que hizo pacto perpetuo con su siervo David.
Si realmente quieres lo mejor de Dios, ten por seguro que lo recibirás y aún mucho mas de lo que esperas.

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