miércoles, noviembre 28, 2012

Como debemos vestirnos


Como debemos vestirnos

 
 
 
 
 
 
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Como debemos vestirnos
Vamos a hablar de la vestimenta. Este artículo no hubiese existido si no fuese por el testimonio de una hermana pentecostal cubana, que tiene una hija de 14 años, más delgada que un faquir, que en su iglesia le disciplinaron la hija porque una vez fue a la playa en Cuba y se puso una biquini. Obviamente me pareció ridícula esta observación, y junto a mi esposa y mi suegra la aconsejamos un poco para que no se sienta mal. Esta y otras situaciones más de la vida eclesiástica de esta hermana cubana, motivaron a que se retirase de la comunidad, en donde hacía 8 años que había conocido al Señor.
En el AT Dios le habló al pueblo de Israel en cuanto a la vestimenta del hombre y la mujer. Tanto el hombre como la mujer utilizaban vestidos similares, de modo que la diferencia entre los sexos era muy importante.
Deuteronomio 22:5 dice: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.”

 Este texto para comenzar, es parte de la ley de Moisés, ley que fue dada específicamente a la nación de Israel. Cuando en Deuteronomio se introduce la ley de Moisés dice lo siguiente:
“Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da” (Deut.  4:1 RV 1960)
Por supuesto que la ley de Moisés tiene principios de aplicación general a todo ser humano, porque en la ley de Moisés se manifiesta el carácter santo de Dios, sin embargo, no todo lo que dice la ley de Moisés en sus más de seiscientos estatutos y preceptos se aplican a toda la humanidad en general. De lo contrario, tendríamos todos, por ejemplo, que ofrecer sacrificios a Dios en el templo de Jerusalén, al menos tres veces al año, por cuanto esto es lo que dice la ley de Moisés.
En el mandato de Dios a Israel en Deuteronomio 22:5 vemos que una mujer no debía vestir traje de hombre y que un hombre no debía vestir ropa de mujer. El mandato simplemente apunta a que los hombres vistan la ropa diseñada para hombres y que las mujeres vistan la ropa diseñada para mujeres.
Conocida es una desviación sexual conocida con el nombre de travestismo, palabra que proviene del verbo travestir que significa vestir a una persona con la ropa del sexo contrario.
Esta desviación es la que está confrontando el mandato en Deuteronomio 22:5. Esto queda confirmado por lo que dice al final del texto: “porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”
La palabra abominación significa algo que es moralmente horrendo. Es la misma palabra que la Biblia usa para hablar de la homosexualidad. Note lo que diceLevítico 20:13
“Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”
Para Dios, tanto el travestismo como la homosexualidad son abominación o algo moralmente horrendo.
Así que cada vez que usted lea Deuteronomio 22:5 entiéndalo en el sentido que está confrontando la desviación sexual por la cual una persona se viste con la ropa del sexo opuesto.
Este texto no se puede usar como fundamento para prohibir que una mujer de la actualidad en el mundo occidental vista con pantalón. Usted sabe que existen pantalones de hombre y pantalones de mujer. Lo malo sería que un hombre vista con pantalones de mujer o que una mujer vista con pantalones de hombre, como expresión de esa desviación sexual llamada travestismo.
Yo creo que la vestimenta de la mujer actual debe ser decente, con decoro, con pudor..Sin llamar la atención o mas bien sin poner a otros en tentación. La biblia te da algunos consejos de como vestir.
En el tiempo en que vivimos a fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI, es ya muy difícil distinguir al homosexual del heterosexual. Las mujeres lesbianas no necesariamente visten de manera masculina, ni los hombres homosexuales o ‘gay” visten de manera femenina. Aún así el hombre debe siempre vestir de manera apropiada para el varón, y la mujer debe vestir siempre de manera apropiada para la varona.
La vestimenta y la apariencia personal son un índice importante del carácter cristiano. La vestimenta y la apariencia personal constituyen poderosos comunicadores del lenguaje no hablado, ya que no sólo muestran el nivel socio-económico, sino también los valores del individuo.
La Biblia también reconoce la importancia de la vestimenta. Implícitamente, lo indica en el simbolismo de vestir de manera sencilla para representar la provisión de Dios (“ropaje de salvación”, Isaías 61:10; ver también Apocalipsis 3:18; 1 Pedro 5:5) y la vestimenta inmodesta para representar el adulterio y la apostasía espiritual (Ezequiel 23:40-42; Jeremías 4:30; Apocalipsis 17:4-6).
Mi casa, mi apariencia personal, mi vehículo, el uso que le doy al tiempo y al dinero, todo indica la forma en que Cristo cambió mi vida desde adentro hacia afuera.
Cuando Jesús entra en nuestra vida, no cubre nuestras imperfecciones con polvo cosmético. Todo lo contrario, él nos limpia completamente obrando desde el interior, lo cual se refleja en nuestra apariencia externa.
Los cristianos deberían vestirse en forma modesta y sentadora, evitando los extremos. Encontramos este principio en el uso que Pablo le da al término kosmios (bien ordenado) para describir el adorno apropiado del cristiano
(1 Timoteo 2:9). Al referirse a la vestimenta, el término significa que los cristianos deben vestirse con decoro, pudor y modestia. Este principio presenta un desafío para que estemos atentos a nuestra presentación personal, pero evitando los extremos.
El vestirse modestamente incluye que la ropa debe cubrir el cuerpo de tal manera que los demás no se sientan avergonzados o tentados.
Los cristianos deberían vestirse en una manera apropiada y decente, mostrando respeto por Dios, por sí mismos y por los demás.
Deberían vestirse sobriamente, resistiendo el deseo de exhibirse. Este principio se encuentra en el uso que Pablo le da al término sophrosune (sobriamente) para describir el adorno cristiano adecuado (1 Timoteo 2:9).
Deberían respetar las diferencias de sexo en el vestir y usar ropa que confirma su identidad masculina o femenina.
Aunque la Biblia no hace mención especifica en cuanto al tipo de moda o estilo que se ha de usar, sí da ciertas reglas o principios que se deben seguir al vestir. Si leemos en Timoteo 2:9-15, encontraremos allí que como primer estos principios, decoro, pudor y modestia. El apóstol Pablo después de instruir a Timoteo acerca del rol del hombre en la congregación del culto y en publico pasa a establecer las bases para la mujer (vs. 9-15).
I Timoteo 2:9-10
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
Aparentemente algunas mujeres del tiempo de Pablo y Timoteo no vestían de forma adecuada, o simplemente el mandamiento es dado con el fin de que no ocurra. Las mujeres de entonces, igual que las de hoy día gustaban de vestir de forma que pudieran lucir bien quizás con la intención de llamar la atención al sexo opuesto, cosa que es completamente natural, pero que muchas veces podía llegar al extremo, perdiéndose así todo sentido de respeto a sus propios cuerpos y faltando al nombre de Cristo. Otras mujeres quizás de clase más alta, buscaban el poder mostrar sus riquezas y su alto estatus social a través del vestido y las prendas costosas.
Estas prácticas podrían llegar o quizás habían llegado a la iglesia, donde las mujeres iban vestidas mayormente de manera inapropiada. La iglesia es el lugar para adorar a Dios y no un lugar para exhibir modas. El objetivo de la mujer (y el hombre) cristiana(o) no debe ser el de mostrar sus posesiones y nivel socio-económico, sino el de ser agradable a Dios en todo, y dar la gloria debida a Su nombre.
Además de lo antes mencionado queda un punto aún mucho más importante. Si una persona se preocupa mucho por su apariencia exterior, podrá descuidar lo que es más importante en ella, su vida interior, la piedad y su vida cristiana. Adelante vamos a estudiar detenidamente los versos que tiene que ver con la vestimenta enI Timoteo 2: 9-10.
…que las mujeres se atavíen con ropa decorosa, con pudor y modestia;
Tres principios Tres principios son introducidos en cuanto a la vestimenta de la mujer cristiana:
Significados:
  1. Decoro: Apropiado; De pudor y buen gusto en conducta y apariencia; ordenadamente
  2. Pudor: La calidad o estado de ser propio (apropiado); conforme a lo que es socialmente aceptado en conducta o palabra; temor a ofender las reglas convencionales de la conducta, especialmente entre sexos; (En nuestro caso la sociedad y las reglas de conducta cristianas)
  3. Modestia: Libre de orgullo pretensión o vanidad; vestimenta, conducta y hablar apropiado
La aplicación de estos principios de modestia depende en gran parte de la situación que nos encontremos. No podemos decir que un estilo de vestimenta en particular es en sí pecaminoso (aunque los tres principios establecidos podrían afectar ciertos estilos), las modas y los estilos cambian con el tiempo y con la sociedad, pero los principios establecidos permanecen para siempre.
Si nos pudiéramos remontar a los tiempos de la iglesia primitiva, nos encontraríamos que todos, hombres, mujeres y niños, estarían vestidos con batas hasta el suelo o hasta la rodilla. Un soldado Romano Cristiano como lo era Cornelio, estaría vestido con una falda (saya) corta, al alto de la rodilla, y todo esto sin causar ningún escándalo. Si tratáramos de imponer esta costumbre en América en la era en que vivimos, un hombre vestido con una bata o falda corta, llamaría mucho la atención y fuera causa de escándalo en la iglesia, en la calle o donde quiera que fuera.
Lo que es modesto en una sociedad no lo es en otra. Por eso creo que Dios no instruyó a Pablo a presentar un estilo específico, pero si a presentar los principios que gobernarían los estilos.
Los trajes, faldas (sayas), o batas son estilos de vestimenta generalmente aceptables para la mujer en nuestra sociedad (América), mas no para el hombre. El pantalón es estilo aceptable en nuestra sociedad lo mismo en hombre que en mujer, aunque con diferencia de cortes, excepto en el ‘jean’ que es casi siempre igual. El que una mujer use pantalón, no la hace necesariamente ‘masculina’.
Cualquiera sea la vestimenta, calzado o maquillaje que usen las mujeres cristianas en cualquier cultura o sociedad, deben estar basados en estos tres principios: El de ser decorosos (apropiado y de buen gusto), con pudor (apropiada, aceptable de una mujer cristiana, que no sea sexualmente provocativa) y con modestia (libre de orgullo, pretensión y vanidad) especialmente cuando se asiste a la casa de Dios. La manera en la que se van vestidos a la casa de Dios deja mucho que decir acerca de lo que sentimos por aquel lugar, lo respetamos o no.
La mujer y el hombre deben de tener en cuenta el efecto que ha de tener su vestimenta en otros hermanos en Cristo, para que no sea llamada la atención a sus cuerpos y atraer pensamientos sexuales al sexo opuesto. Aún así tenemos que mantener en mente que por la sencilla razón de que una persona tenga deseos lascivos hacia una (o), no significa esto que estemos vestidos necesariamente mal o provocativamente. El hombre no necesariamente tiene pensamientos inicuos hacia una mujer por el tipo de ropa que esta esté usando. En distintas ocasiones he oído a mujeres decir “ese hombre me quitó la ropa con los ojos”, y estas mujeres no estaban vestidas provocativamente, sino que la mente de aquel que la estaba mirando era una mente sucia y necesita que esta sea renovada (Efesios 20:24). El hombre y la mujer cristianos deben de ser disciplinados para mirar y pensar en las cosas correctas. (Filipenses 4:8)
…no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
El peinado que la mujer debe llevar no debe ser escandaloso, ni ostentoso. Ciertas mujeres del tiempo del apóstol Pablo se eran dadas al extremo uso de prendas; entretejían adornos de oro y perlas en sus peinados y vestían vestidos costosos para llamar la atención a sí mismas y hacer una exhibición de su ‘status’ social, a lo cual Pablo ordena que esto no sea practicado. Podemos ver que el apóstol no quiere que la norma sea la ostentación sino el orden sobrio con modestia. Una persona que pone mucho énfasis en la decoración exterior de su cuerpo, con exceso de cadenas demuestra que es una persona segura de sí misma y además débil en la fe. Personas así deben de buscar ayuda pastoral y dedicarse más a la oración.
…Si no con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad
En la siguiente comparación, Pablo exhorta a las mujeres a no estar tan preocupadas en su apariencia física como ya mencionamos, sino que debían estar vestidas de buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan la piedad. Las mujeres cristianas, que profesan piedad, deben ser caracterizadas, no por sus adornos externos y ostentosos vestidos y joyas, sino por sus buenas obras, es decir una vida donde el centro de atención sea Cristo y no ellas.
El apóstol Pedro presenta una enseñanza similar:
3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así se ataviaron en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos. I Pedro 3:3-5.
Conclusión
La ropa no hace a un cristiano, pero los cristianos revelan su identidad por medio de su ropa y apariencia. La Biblia no estipula la ropa que debe usar un cristiano ni establece un uniforme para el mismo. Sin embargo, aconseja la sencillez y simplicidad del estilo de vida de Cristo, lo cual incluye nuestra vestimenta y apariencia.
El seguir a Jesús en la forma en que nos vestimos y adornamos significa permanecer separados de la multitud y no pintarnos ni enjoyarnos ni engalanar nuestros cuerpos como lo hacen muchos de nuestros contemporáneos; lo cual requiere valor y discernimiento; valor para no conformarnos con los seductivos dictados de la moda, sino para ser transformados por las sensatas instrucciones de la Palabra de Dios (Romanos 12:2), y discernimiento para distinguir entre el capricho de la moda que cambia y el estilo sensato que permanece; valor para demostrar el amor del carácter de Cristo, no por medio del adorno exterior de nuestro cuerpo “con oro o perlas o ropas costosas” (1 Timoteo 2:9), sino con la hermosura interna de nuestras almas y la quietud de espíritu que son preciosos a los ojos de Dios (1 Pedro 3:3, 4); valor para vestirnos no para glorificarnos a nosotros mismos, sino para glorificar a Dios con nuestra vestimenta modesta, decente y sobria.
Nuestra apariencia externa es un testigo mudo constante de nuestra identidad cristiana. Ojalá muestre al mundo que vivimos para glorificar a Dios y no a nosotros mismos.
Otro punto importante para terminar es que los padres son responsables de la educación de los hijos y no los pastores o líderes de la iglesia. Eduque a su hijo(a) en los valores morales y espirituales del cristianismo que enseña la Palabra de Dios y si está seguro de que está haciendo lo correcto, no permita que nadie venga a exhortarla. Sepa utilizar bien la Palabra del Señor, tanto para educar a sus hijos como para defenderlos si están caminando en el Señor como corresponde.
Dios te bendiga y no permitas que nadie te hiera o te lastime usando reglamentos de hombres, que muchas veces se usan para manejar las iglesias y sustituyen con esto la Palabra de Dios.

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