jueves, junio 27, 2019

Las TICs y la accesibilidad

Las TICs y la accesibilidad Las TICs no sólo nos pueden servir para favorecer el acercamiento de los sujetos a la realidad y a los entornos educativos, sino que también, por su configuración, realización y diseño, pueden dificultar su interacción para determinados sujetos con discapacidades específicas; es entonces cuando hablamos de los problemas de accesibilidad. 
Problemas que pueden venir por diferentes aspectos, que irán desde las características y peculiaridades del hardware, el software empleado o la configuración y diseño que hagamos de los programas. 
Estamos de acuerdo con Berruezo (2007) cuando nos señala que tres son las características que las TIC deben tener para que sean de ayuda a las personas que presentan algún tipo de discapacidad: ser “accesibles (que permiten ser utilizados por una amplia gama de personas), más “amigables” (que resultan atractivos, motivadores, cómodos y fáciles de usar) y más útiles (que se adaptan a las demandas específicas de cada actividad) (Berruezo, 2007:223-224). 
Como hemos visto en los diferentes apartados anteriores, una solución puede venir por la creación de periféricos específicos, o programas concretos, en función de las necesidades de los sujetos. Y otra por ir tomando decisiones para la configuración y diseño de los programas, sobre todo de Internet, para que puedan ser fácilmente utilizables por todos los sujetos, independientemente de sus características. Si en la primera parte de mi trabajo nos hemos referido a las soluciones primeras, ahora nos centraremos en las segundas.
De forma general podemos decir que en las últimas décadas se han desarrollado diferentes proyectos en Europa para potenciar el acceso de todos los ciudadanos a una sociedad de la información sin barreras en general, y la creación de una red accesible para todos, en particular. Ya en agosto de 2002 la Comisión Europea adoptó el proyecto “Europe 2002: Accesibilidad de los sitios de Internet público y sus contenidos”, y que está sirviendo para poner las bases y llamar la atención respecto a la creación de materiales institucionales más accesibles para todos los sujetos. Proyecto que, dicho sea de paso, está teniendo diferentes reflejos en distintos países latinoamericanos.
Digamos que de lo que se trata no es el hacer una Internet accesible para un determinado colectivo, sino más bien realizar espacios web que sean accesibles para todas las personas, independientemente de las discapacidades que puedan tener, o su grado. Como señala Torres (2007: 205) al referirse a la accesibilidad web: “consiste en que todas las personas tengan acceso a la web y a sus contenidos, independientemente de sus limitaciones personales, del tipo de hardware, software, equipo de navegación, dispositivo de acceso, idioma y cultura y que puedan entender y usar correctamente sus contenidos”.
Para realizar páginas y contenidos web accesibles, diferentes instituciones y consorcios nos aportan distintos consejos para ello. Posiblemente el más significativo a nivel internacional sea “Word Wide Web Consortium” (W3C) (http://www.w3.org), que persigue tres objetivos fundamentales:

• Promover tecnologías que faciliten el acceso a la web, atendiendo a las diferentes culturas, lenguajes, recursos y limitaciones físicas de los usuarios de todos los continentes.
• Desarrollar un programa “la web semántica” que permita el mayor aprovechamiento de los recursos de la red.
• Guiar el desarrollo tecnológico respetando los nuevos aspectos jurídicos, comerciales y sociales que han emergido con esta tecnología.

Una serie de elementos pueden dificultar la utilización de los sitios web por sujetos con determinados tipos de discapacidades, siendo algunos de ellos los siguientes:

• Pantallas con excesiva información, que lleven a amplios desplazamientos. 
• Incorporación de imágenes, vídeos y animaciones, y no incorporación de elementos alternativos de descripción mediante comandos “alt” por ejemplo, o clip de audio. 
• Pantallas con excesiva carga gráfica. 
• Bajo contraste en la combinación de colores. 
• Las ventanas no pueden ser redimensionadas. 
• Términos sin sentido para algunos discapacitados para referirse a los hiperenlaces o hipertextos, como por ejemplo: “presiona aquí” o “pincha aquí”. 
• Tablas y cuadros en columnas paralelas. • Limitado uso de las teclas de atajo. 
• Elevadas conexiones entre pantallas, lo que propicia la desorientación.

Referencias 

AGENCIA EUROPEA PARA EL DESARROLLO DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL (2001). Aplicación de las nuevas tecnologías (nntt) a las necesidades educativas especiales (nee). Alemania, Agencia Europea para el Desarrollo de la Educación Especial, http://www.european-agency.org/site/info/publications/ agency/ereports/10.html (4/01/2008).
BERRUEZO, P.P. (2007). “Las TIC y la inserción laboral de los discapacitados”, en CABERO, J.; CÓRDOBA, M. y FERNÁNDEZ, J.M. (coords): Las TICs para la igualdad. Nuevas tecnologías y atención a la diversidad. Sevilla, Eduforma, 219-242. 
CABERO, J. (2004). “Reflexiones sobre la brecha digital y la educación”, en SOTO, F.J. y RODRÍGUEZ, J. (coords.): Tecnología, educación y diversidad: retos y realidades de la inclusión social. Murcia, Consejería de Educación y Cultura, 23-42. 
CABERO, J. (2006). “Nuevas aportaciones de las TIC: su relación con las Inteligencias Múltiples”. Comunicación y Pedagogía, 210, 13-19. 
CABERO, J. (2007). “Comunidades virtuales para el aprendizaje. Su utilización en la enseñanza”. Eduweb, 1, 5-22. CABERO, J. y LLORENTE, M.C. (2006). La rosa de los vientos. Sevilla, Grupo de Investigación Didáctica.