Lucas 7:1/10
La Palabra de Dios tiene un poder creativo
sobrenatural, y no esta limitada por el tiempo, las distancias o las
circunstancias. Una vez que la palabra sale de la boca de Dios, no puede
regresar a él, hasta que haya cumplido el propósito para la cual fue enviada. (
Isaías 55:10/11).
El hombre creado a la imagen y semejanza
de Dios, también tiene poder creativo a través de sus palabras. La muerte y a
vida están en poder de la lengua, dice el proverbista, (18:21). Las palabras
negativas cargan el ambiente de pesimismo, las palabras de fe, producen un
ambiente creativo y de posibilidades.
Dios le confió Su autoridad a Adán, para
que gobernase sobre la creación. Adán tuvo que darle nombre a todos los
animales. (Génesis 2:19).
Usted tiene el poder para darle nombre a
los días, a su hogar, a sus hijos, a su trabajo, a su salud, a su economía,
etc.
Una de las maneras como el hombre
transmite la autoridad de Dios, es a través de sus palabras. Eso lo vemos a
través del profeta Jeremías (1:9/10).
Jesús recuperó la autoridad que Dios le
había confiado a Adán y que éste entregó en manos del enemigo por causa el
pecado. Por esto antes de partir al cielo llamó a sus discípulos y les dijo:
Toda potestad (autoridad) me es dada en el cielo y en la tierra. Esa autoridad
de Dios ahora está en manos de cada creyente.
El pasaje que leímos nos enseña como
podemos conquistar un milagro confesando la palabra de autoridad:
v-2. El siervo de un centurión, estaba
enfermo y a punto de morir. Una situación muy común hoy en día. Personas de
todas las edades que están postradas en casa por una enfermedad o por un
problema. Muchos quizás ya han sido desahuciados y les ha dicho: No hay nada
que hacer. Esto no tiene remedio. Esto se acabó. Algo que he aprendido por la
Palabra es que Dios es especialista en casos terminales. Donde el hombre dice:
Ya no se puede hacer nada, Dios dice: Yo puedo hacerlo todo.
v-3. Cuando el centurión oyó hablar de
Jesús. Hubo una luz de esperanza para ese enfermo…El centurión amaba a su
siervo y no quería dejarlo morir. Seguramente había gastado dinero en buscarle
una ayuda, pero no había dado resultado.
Entonces oyó hablar de Jesús. Pienso que
el mensaje que la gente más hablaba de Jesús era: El sana a todos los enfermos.
Todos son sanados por él. Y esto encendió la llama de la fe en el centurión.
Cuando hay un enfermo una dificultad en
casa, los parientes y amigos buscan cuanta ayuda sea posible. Uno acude a todos
los lugares, con tal de hallar una salida, pero muchas veces la situación en
lugar de mejorar, se empeora…
v-3. Le envió unos ancianos de los judíos,
rogándole que viniese y sanase a su siervo. Noten ustedes que el enfermo no
vino a Jesús, porque no podía. Y quien solicitaba el favor tampoco se presentó
a Jesús. Unos amigos vinieron a interceder ante Jesús. La oración que usted
hace por otros, se llama intercesión.
v-6. Y Jesús fue con ellos. Ante una
necesidad, Jesús está disponible las 24 horas del día, los 30 días del mes y
los 365 días del año. ( Mateo 8: 6). Pero cuando no estaban muy lejos de la
casa, el centurión vino a él y le dijo: Mi criado está postrado en casa, paralítico
y gravemente atormentado. La respuesta de Jesús fue. Yo iré y le sanaré.
v-9. Respondió el centurión y dijo: Señor,
no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi siervo
sanará…porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo bajo mis
ordenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven y viene; y a mi
siervo haz esto, y lo hace.
Este hombre tenía entendimiento sobre como
opera la autoridad. Todo está bajo autoridad. Yo tengo autoridad, porque estoy
bajo autoridad. Entendió que así como la autoridad funciona en lo físico,
también funciona en lo espiritual.
El centurión reconoció la autoridad de
Jesús y de sus palabras, por eso le dijo: No hay necesidad que desciendas a mi
casa: SOLO DI LA PALABRA, y mi siervo sanará.
v-10. Al oírlo Jesús, se maravilló de él.
Se maravilló de la confesión de fe de este hombre, por eso dijo: Ni aún en
Israel he hallado tanta fe. Entendió que la palabra de autoridad, no esta
sujeta al espacio o al tiempo, trasciende fronteras hasta llegar a su objetivo.
El Salmo 107:19, dice que cuando Israel
estaba en angustia y afligidos Dios envió Su palabra y los sanó, y los libró de
su ruina. El Apóstol Pablo dice: Cerca de ti está la palabra en tu boca y en tu
corazón, sólo di la Palabra con fe, y el milagro se hará una realidad.
v- 13. (Mateo 8). Entonces Jesús dijo al
centurión: Ve, y como creíste te sea hecho. Jesús desató Su autoridad y el
milagro sobre la confesión del centurión. Ve y como confesaste creyendo te sea
hecho…
* Y su criado fue sanado en aquella misma
hora. La biblia nos enseña que Jesús es la máxima autoridad de todo el
universo. Filipenses 2:9/11. dice:
Quiero darles tres ejemplos de cómo la
palabra de autoridad funciona en todas las áreas:
1. Ante los demonios y las enfermedades. (
Mateo 8:16/17). Y con la Palabra echó fuera los demonios, y sanó a todos los
enfermos.
2. Ante las tormentas. (Mateo 8:23/27).
Reprendió el viento, y le habló al mar: Calla enmudece, y al instante se hizo
grande bonanza.
3. Ante la higuera y los montes. (Mateo
21:18/22)
La palabra de autoridad es ante todo una
palabra de fe. La autoridad de la palabra está en la fe con la cual se
confiesa.
Hay dos elementos que roban la autoridad
en sus palabras y en sus confesiones:
* La duda y el pecado. Usted debe estar
bajo autoridad para ser autoridad.